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Ortega Lara en dos actos

El pasado jueves, José Antonio Ortega Lara fue protagonista de dos noticias: voluntaria y directamente de una, involuntaria e indirectamente de la otra.

Por un lado, se presentaba en Madrid el partido Vox, en un acto en el que participaban José Luis González Quirós, Ignacio Camuñas, Santiago Abascal, José Antonio Ortega Lara y Cristina Seguí. Vox es un partido que nace con unos principios claros e inequívocos: supresión del actual sistema autonómico, regeneración democrática de los partidos y defensa de la familia.

El lanzamiento de Vox ha sido todo un éxito mediático, especialmente en las redes sociales, donde ha conseguido eclipsar a otras noticias, como el estallido del PSC o la declaración aprobada por el Parlamento catalán. En solo dos días, Vox ha conseguido en Twitter más de 11.000 seguidores, lo cual da idea de hasta qué punto se sentía huérfana una parte importante del electorado del PP, que ahora ve en Vox una esperanza, adicional a la que ya representaban otras formaciones regeneracionistas como Ciudadanos y UPyD.

¿Y qué hacía el Partido Popular mientras Ortega Lara presentaba Vox junto al resto de sus compañeros de andadura? Pues en el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas se celebraba una reunión entre el gobierno central, el gobierno vasco y las diputaciones generales de las tres provincias vascas. En esa reunión, el Partido Popular cedió otros siete nuevos impuestos al País Vasco, lo que significa una inyección de 70M€ más a una región que ya absorbe de manera sistemática dinero, a través del injusto mecanismo del cupo.

El asunto no pasaría de ser un regalo más al nacionalismo, uno de tantos a los que el PP nos tiene acostumbrados, si no fuera por dos detalles:

En primer lugar, esta cesión de nuevos impuestos al PNV se produce días después de que el PNV hubiera apoyado la marcha en favor de los asesinos de ETA. ¿Se acuerdan ustedes de las palabras de la dirigente popular Arancha Quiroga, acerca de lo indignado que el PP estaba por esa traición del PNV? Pues menos de una semana después de ese fingido fervorín de indignación, el PP se reúne con el PNV y pacta entregar más dinero de nuestros impuestos a un gobierno vasco que está en manos de quienes convocan manifestaciones de humillación a las víctimas del terrorismo.

Pero hay un segundo aspecto que hace todavía más macabra la estampa: a esa reunión en el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas asistieron también los tres diputados generales vascos. Y entre ellos, por supuesto, el de Guipúzcoa, Martín Garitano, perteneciente a Bildu.

Cuando la Guardia Civil liberó tras 532 días de secuestro a Ortega Lara (que, como ustedes saben, era funcionario de prisiones), el panfleto proetarra Egin publicó la noticia con el siguiente titular: "Ortega Lara vuelve a la cárcel". Redactor jefe de Egin por aquel entonces era Martín Garitano, actual diputado general de Guipúzcoa por Bildu.

Desde luego, el destino nos gasta bromas macabras, y hay coincidencias que las carga el diablo. Mientras Ortega Lara presentaba el nuevo partido Vox, el gobierno del Partido Popular se reunía con quien desde Egin hacía chistes el día de su liberación por la Guardia Civil.

Unos tratan, desencantados, de impulsar nuevas iniciativas políticas para tratar de sacar a España del hoyo, y otros se reúnen, mientras tanto, con los amigos de quienes encarcelaron a Ortega Lara, para dar más dinero a los que arruinan, destruyen y desprecian a España.

¡Y luego se preguntará el Partido Popular por qué el nacimiento de Vox ha tenido tanto éxito!

Déjeme que se lo explique, don Mariano Rajoy: si sus votantes han acogido el nacimiento de Vox con un suspiro de alivio y una marea de ilusión es porque los españoles, por muchos defectos que tengamos, también tenemos algunas virtudes: por ejemplo, la de saber que, a la hora de elegir con quién hacerse la foto, preferimos hacérnosla con Ortega Lara que con sus secuestradores.

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