A la asimilación del coronavirus debía suceder una recuperación económica tan rápida y potente como dura fue la caída. Sin embargo, asomó la inflación y la impotencia gubernativa, el desorbitado precio de la energía eléctrica, factura que comprometía seriamente todas las previsiones oficiales. La invasión de Ucrania ha venido al rescate del Gobierno de Pedro Sánchez, ese Gabinete mezcla de inmadurez y adolescencia que se sostenía por la larga crisis del PP de Casado.
El ataque de Rusia a Ucrania, la posibilidad de una catástrofe nuclear, los crímenes contra la población ucraniana y la reconfiguración del orden mundial se imponen a episodios de la política nacional como el del relevo en el PP o las negociaciones postelectorales en Castilla y León. Apenas el recibo de la luz aguanta en la agenda informativa. Los registros estratosféricos a diario del megavatio son a esta crisis lo que la prima de riesgo a la de 2008. El efecto en el bolsillo es demoledor. Ante eso, Sánchez saca el comodín de Putin y ahora todo es por culpa del tirano ruso.
Lo que ya no está ni siquiera al alcance de Sánchez es echarle la culpa a Putin de los más de veinte mil millones de euros que dice la ministra Irene Montero que se va a gastar hasta 2025 "para impulsar políticas feministas de forma transversal". Tal anuncio, proferido con ocasión del 8-M, tampoco ha pasado desapercibido, a pesar de la gravedad de la situación en Ucrania. Son exactamente 20.319 millones de euros para el denominado III Plan Estratégico de Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres.
Se trata de una cantidad tan desorbitada que seguramente es más de lo que le costaría a Putin triturar Ucrania durante cinco años seguidos. Un país que puede destinar 20.319 millones a igualdad (dejémoslo ahí) tiene que ir sobrado de camas hospitalarias, escuelas, universidades, vivienda social y hasta de tanques y aviones. Pero ese no es precisamente el caso de España. Y si a las puertas de otro hachazo a los autónomos y nuevas subidas de la luz, el gas, los combustibles y la cesta de la compra hay 20.319 millones para gastos varios en el ministerio de Igualdad es que algo no cuadra.
Vienen tiempos duros. Los precios de la energía ya amenazan cientos de miles de puestos de trabajo. Las grandes siderúrgicas han paralizado la producción. Se prevé una inflación de dos dígitos, se habla de estanflación. ¿Y en un contexto así tiene Montero 20.319 millones para "impulsar políticas feministas de forma transversal"? Poco nos pasa.