José Montilla

El secretario general del Grupo Popular en el Congreso y miembro del PP catalán consideró este viernes una "incoherencia inexplicable" que sus diputados en el Parlamento catalán no aplicasen el bilingüismo y recalcó que utilizar el castellano en el ámbito público catalán sólo puede ser tomado como una provocación desde posiciones políticas como las de ERC. Jorge Fernández Díaz se expresó así tras las palabras del líder del PP catalán, Josep Piqué, que anunció el jueves que no utilizará el castellano en la Cámara catalana porque sería un gesto "oportunista" que podría ser interpretado como una "provocación".

El futuro presidente de la Generalidad se ha comprometido a llevar la paridad del Gobierno de Zapatero al suyo. De momento, sólo lo hará en las siete consejerías del PSC y no en las del resto. Sobre esos puestos sus socios, ERC e ICV, "tienen las manos más libres a la hora de proponer nombres", ha reconocido Montilla. El socialista pretende, que pese a estas posibles diferencias de criterio, los consejeros no sean de los distintos partidos "sino del gobierno de Cataluña" para "aplicar una política de conjunto". A ERC ya le ha asignado las competencias sobre la lengua mientras que el republicano Ernest Benach repetirá como presidente del Parlamento catalán.

A pesar de la polémica que suscitaron las decisiones en materia lingüística que se tomaron durante la primera edición del tripartito catalán, el nuevo Gobierno liderado por Montilla ha entregado el control de la política lingüística al independentista Carod Rovira. Durante el mandato de Maragall, un padre canario residente en Barcelona, Carmelo González, se puso en huelga ante el intento infructuoso de escolarizar a su hija en castellano. Además, se castigó con multa a los locales con letreros en castellano. Ante la intención de Ciudadanos de que se oiga de nuevo el español en la Cámara, Piqué ha advertido que "hay que evitar la provocación y la confrontación lingüística".

A pesar de la polémica que suscitaron las decisiones en materia lingüística que se tomaron durante la primera edición del tripartito catalán, el nuevo gobierno, liderado por Montilla, ha dejado en manos de Carod Rovira las competencias en política lingüística. Durante el mandato de Maragall, el ciudadano canario, residente en cataluña, Carmelo González intentó, en repetidas ocasiones y sin éxito, escolarizar a su hija en castellano. Además, se decidió castigar con multa a los establecimientos que tuvieran sus letreros en Castellano.

Las fuerzas políticas con representación en el Parlamento de Cataluña estarán presentes en la Mesa de la Cámara a excepción de Ciutadans, que entra en esta legislatura con tres diputados. La pretensión de todos los grupos es mantener, en lo posible, la misma representación en la Mesa que en la anterior legislatura, cuando Ernest Benach (ERC) accedió a la presidencia, y el resto de cargos se repartieron en una vicepresidencia y una secretaría para CiU y para PSC, una secretaría para PP y otra para ICV-EUiA.

El líder de PSC ha reconocido que hay "puntos de vista seguramente diferentes en algunos temas" con Zapatero. Aunque se desconoce el contenido de la reunión que mantuvo el presidente con Montilla, sí se sabe que Zapatero expresó su descontento por la reedición del tripartito. Montilla se ha limitado a decir que fue "una conversación larga" y "cordial", sin añadir nada más porque él no hace "de portavoz de Zapatero". Lo que sí ha subrayado es que su partido "es soberano" y que las decisiones "sobre pactos" las toma "el PSC y sólo el PSC". Las críticas en el PSOE, ha dicho, "no son ninguna novedad".

El líder de Ciutadans ha acusado este martes de "irresponsabilidad" a José Montilla por pactar un nuevo gobierno de izquierdas que ha considerado "peor" que el primero, por dar a ERC "Gobernación, Cultura y medios de comunicación, teniendo en cuenta lo que eso supone". Albert Rivera ha señalado que el próximo presidente catalán "ha confirmado que quien lo votara estaba votando a un nuevo tripartito". Rivera ha dicho que su partido "pactará ley por ley" y ha prometido ser "controlador" de la constitucionalidad del despliegue estatutario. El secretario general del PP ha acusado a Zapatero de entregar el poder a los independentistas y "querer engañar" a CiU.

Con un "visca Cataluña", el líder del PSC ha cerrado su discurso para presentar el tripartito. Montilla ha intentado defender la legitimidad del acuerdo al afirmar que "el pueblo ha dado su confianza a la mayoría progresista y catalanista". "Los que plantearon los comicios como un plebiscito han sido derrotados", ha dicho en alusión a CiU. El futuro presidente ha enumerado los objetivos que desea cumplir en un Gobierno que quiere "sólido", de "larga duración" y "sin injerencias externas". Entre ellos, "el despliegue pleno" del Estatuto para "aprovechar sus potenciales". Históricos del PSOE ya han mostrado sus reticencias hacia un pacto que a Zapatero tampoco le gusta.

El tripartito ha despertado recelos en el PSOE. Pese a los esfuerzos del Gobierno por expresar su "respeto" a Montilla, muchos históricos no ocultan su preocupación por sus consecuencias en Madrid. Manuel Chaves ha admitido que "quizá" le "hubiera gustado otro tipo de gobierno" tras reconocer su "falta de entusiasmo" hacia Carod. Mientras, Bono ha afirmado que no será "bueno" para el PSOE tras recordarle a Montilla que "no todos nacen con el designio de ser presidente".  Felipe González se negó a dar su opinión sobre el pacto al igual que Alfonso Guerra. Zapatero ha reprendido a Montilla por el acuerdo.