Habló la tedaxa  En la cuadragésimo segunda sesión comenzaron las pericias de los explosivos y quedaron de manifiesto las discrepancias entre los técnicos nombrados por el tribunal. Las preguntas estuvieron dirigidas a la jefa del laboratorio de los Tedax, que fue la primera en recibir las muestras el mismo día de los atentados y la responsable de su almacenaje. Si ante Del Olmo no especificó los componentes de los explosivos, ahora, tres años después de la masacre, cambió su declaración y decidió nombrar dos de los que halló en los primeros análisis: nitroglicol y nitrato amónico. Aunque se sumó a la teoría de la contaminación, reconoció que estuvieron guardadas en un lugar independiente e impermeabilizadas con multitud de bolsas, sobres y cajas. Bermúdez le exigió que entregara al tribunal todas sus notas. También le preguntaron "por qué ha esperado hasta hoy" para concretar esos componentes de los explosivos y su respuesta fue aún más sorprendente: "A mí no me pidieron detallarlos en estos cuatro años", dijo. Y añadió que "nunca jamás han sido secreto".Los peritos encargados del informe ordenado por el tribunal, presentes también en la pericia, le reprocharon que les ocultara esta información. También, que no tuvieran acceso a esas supuestas muestras de las que habló la experta y que, según desveló en esta jornada, no se lavaron con agua y acetona. En esta sesión Olga Sánchez pasó a un segundo plano y fue Javier Zaragoza, fiscal jefe de la Audiencia, el encargado de preguntar en nombre de la Fiscalía. Se esmeró en hacer creíble la teoría de la contaminación pero los peritos de parte le rebatieron cada frase que presentó como argumento. La jornada había comenzado con la pericial sobre el estado mental de Suárez Trashorras. Comparecieron ante el tribunal dos peritos médico-forenses de la Audiencia Nacional propuestos por la Fiscalía y dos psiquiatras que trataron al ex minero propuestos por la defensa. Coincidieron en que el procesado es un enfermo mental aunque discreparon en su valoración sobre la capacidad cognitiva y en si el procesado tenía la voluntad anulada. Para los peritos, conocía las posibles consecuencias de la venta de explosivos. Para los psiquiatras, "no es capaz de planear ni siquiera las cosas que le afectan a él gravemente". |