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Phanatic Phan Phorever

Perdona que me cuele y me salte el turno de uso de estas líneas, pero es que con el lío de agosto en la redacción llevo retraso y me tengo que poner al día. Los Juegos Olímpicos de Pekín han terminado y parece que ha pasado un milenio desde esas noches en las que me he quedado sin dormir por ver nadar a Phelps. Como lo oyes, desde el primer día. De hecho, tuve concierto en Portugalete, me acosté a las dos de la madrugada y me puse el despertador a las cuatro para verle ganar otra medalla. Y al día siguiente igual. Casi acaba conmigo. Tengo que confesarte que me daba lo mismo si ganaba o no, de hecho quedarme desvelada no implicaba ningún espíritu olímpico. Es más, si no se hubiera tirado a la piscina y se hubiera quedado luciendo palmito, por mí ningún problema. A lo que voy, que me he puesto un poco bobalicona con el sex symbol, con esas proporciones desproporcionadas que me vuelven loca. De repente he tenido un deja vu. En 1972 tú no habías nacido y yo con nueve añitos ya andaba tontorrona con los ídolos. Viendo con mi abuela las Olimpiadas de Munich me enamoré de Mark Spitz, y su imagen de macho prototipo de los setenta se quedó pegada a mi retina. Creo que fue algo generacional, uno de los posters más vendidos, de hecho la foto que te muestro con sus siete medallas la he robado del libro "Fetiche" de Boris Izaguirre, que es un repaso icónico del Siglo XX. Te muestro también la última portada del "Sports Illustrated", con la fotografía de Phelps y su medallero. En esta ocasión no me gusta el estilismo, esas medallas tan colocadas le tapan el torso y parecen una camiseta. Menos mal que tengo otras decenas de portadas para recrearme. Me he metido en Ebay y he encontrado 1492 objetos en venta relacionados con Phelps. No te preocupes, no me los voy a comprar todos. Quizá alguna de las camistas donde se lee PHELPS FAN, PHELPS PHOREVER o PHELPS PHANATIC. Ya vés, todo con PH de Phelps y de Rapahel. Y una taza para el desayuno también caerá, así miro esos músculos mientras me tomo el batido de proteínas, a ver si se me pega algo.

Me encanta poder decirte estas cosas sin atisbo de celos por tu parte. Conozco gente que no consiente un comentario de sus parejas acerca de otras personas. Es verdad que sabemos que éste recrearse la vista es pura inocencia, y además tenemos confianza el uno en el otro. Y, ¡qué demonios!, Phelps está en Baltimore, tu Pamela Anderson en Hollywood... En fin, que la tentación no vive arriba, sino a miles de kilómetros.

Otro momento álgido relacionado con las Olimpiadas coincide con Los Ángeles 84. ¿Fue aquí donde me enamoré de Greg Louganis y sus saltos de trampolín? Me parece que sí, pero mis neuronas tienen una capacidad limitada y ya sólo se acuerdan de Carl Lewis. Y de Ben Johnson. Y de Florence Griffith, de la que también me enamoré perdidamente, con esas mallas asimétricas, esas uñas esculpidas y esa musculatura de gacela. Lo que pasa es que en el 84 yo estaba reñida con el olimpismo, que nunca ha reconocido al culturismo como deporte, y hacía campaña para cambiar la situación. A estas alturas no me puede importar menos. Uno de los argumentos era el altísimo nivel de dopaje entre los culturistas. Vaya por Dios, ¿estamos hablando de las olimpiadas donde Ben Johnson fue descalificado por dar positivo? ¿donde Florence Griffith pulverizó todos los records una década antes de morir por las secuelas de la química que tanto ayuda? No estoy en contra del dopaje, que cada uno lo use y asuma las consecuencias, que haya transparencia, que haya juegos "limpios" y otros donde los atletas estén dispuestos a dejarse la vida en el empeño.

Perdona, que me enciendo con todos los temas relacionados con la prohibición de sustancias. Antes de terminar, última mención olímpica a otro de mis sex symbols favoritos, Messi, medalla de oro de fútbol con la selección argentina. ¡Es tan mono, tan pequeñito! Para compensarte por haberte hablado de tanto objeto de deseo, te dejo un link para alegrar tus ojos. Pincha en www.lulilove.com y verás la anatomía superlativa de la que dicen es la novia de Messi, Luciana Salazar. Te vas a volver loco. Si la cirugía estética fuera milagrosa, ahora mismo me internaba para que me convirtieran en ella y te daba una alegría. Que la disfrutes.

 

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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