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Verstappen ya sufre como Alonso

Max Verstappen, durante el GP de Emilia-Romaña.
Max Verstappen, durante el GP de Emilia-Romaña. | EFE

Es uno de los mejores, el único incluso que ha plantado algo de cara al intratable Lewis Hamilton, pero la suerte, la mecánica —o lo que sea— no le acompaña. Qué importante es tener suerte en la vida, estar en el lugar justo en el momento adecuado y Max Verstappen está en su mejor momento, pero la suerte, el coche... no le acompaña.

Pese a que los Red Bull están muy por encima de los Ferrari, para lo cual no hay que correr demasiado, no son menores sus problemas con su motorista, sus dudas de cara al futuro y la falta de desarrollo del monoplaza que tiene a Verstappen como pieza más valiosa. Le hemos escuchado desesperarse en pleno gran premio, como vimos hacerlo en su día a Fernando Alonso, pedir más potencia al motor Honda y entonar el ya manido "no power", que también mascullaba el asturiano. Y cuando todo parece que medio va, la suerte se apea del equipo del toro, como le ocurrió al holandés en Imola cuando iba segundo y con un ritmo que nada tenía que envidiar a las flechas plateadas. Frustración, enfado, de todo un poco... es lo que hemos visto en el prodigio de Red Bull, como ya vimos y sufrimos con Fernando Alonso en los últimos años. Además, tal y como le pasara también a Alonso, Verstappen no tiene muchos sitios adonde ir. Pese a no estar contento del todo con su motor Honda, el piloto del toro no tiene hueco en otro equipo competitivo y tampoco, más allá de Mercedes, hay a donde ir que le garanticen el cuerpo a cuerpo con Lewis Hamilton.

Yo tengo claro que si Verstappen tuviera el coche de Valtteri Bottas, es decir un Mercedes, la lucha por el primero puesto, por el título de campeón estaría siendo encarnizada y no tengo claro quién se llevaría al final el gato al agua. Es el dilema de siempre, la dependencia de los pilotos, independientemente de su calidad y su talento, de los monoplazas que conducen; así es y así ha sido casi siempre. Versptappen sólo puede soñar con, uno que Hamilton le ceda su plaza en Mercedes y cumpla su amenaza de dejar la F1 para dedicarse a otros menesteres, como ha dejado entrever después de dar a la escudería alemana su séptimo Mundial consecutivo de constructores, y dos, que Red Bull vuelva a su idilio con Renault y recupere fiabilidad y potencia.

Ninguna de estas dos opciones son fáciles, la primera porque Hamilton, pese a sus coqueteos con el mundo fuera de la F1, seguirá al menos un año más, y segundo porque Renault no creo que ceda su potencial a la competencia cuando está armando un equipo que quiere ganador, con la fábrica francesa a pleno rendimiento y con Alonso como máxima apuesta y estandarte del proyecto galo.

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