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Marcha por la Vida

Este domingo tendrá lugar en Madrid la Marcha por la Vida impulsada por un centenar de asociaciones cívicas que pretenden con la misma "rescatar para la sociedad civil el debate del aborto". Ya sólo por este objetivo merece la pena sumarse a los convocantes, puesto que en una sociedad plural no hay temas que puedan ser proscritos por decisión gubernamental.

Precisamente éste es el fundamento de cualquier sociedad democrática, la libertad de expresión sobre cuantos asuntos incumban a la opinión pública, y no es el del aborto uno de los menos acuciantes para los españoles, habida cuenta de las monstruosas cifras que esta práctica ha alcanzado en nuestra Nación de un tiempo a esta parte. Es obvio que para los católicos españoles el aborto es inmoral, un crimen contra el nasciturus y contra los propios designios de Dios, y por lo tanto la Iglesia tiene perfecto derecho a mostrar y demostrar su rechazo a ese proyecto. Pero también desde una perspectiva laica podemos considerar un error esta Ley, así como perniciosas las consecuencias derivadas de la visión socialista del aborto, significativamente para las adolescentes y sus familias.

En primer lugar, pues, creo no sólo legítimo sino plausible unirse a la Marcha por la Vida, porque tenemos tanto derecho a manifestar nuestra opinión sobre el aborto como los que defienden la postura contraria. En segundo lugar, considero muy pertinente que se produzca como reacción a una Ley gubernamental que ha despreciado toda opinión que no fuera la de los adictos a la doctrina oficial que emana del Ministerio de Igualdad. En tercer lugar, me parece que, como acostumbra, el Gobierno socialista nos está intentando colocar otra mala regulación envuelta en vistoso papel de regalo y presentada por la siempre sonriente ministra del ramo, Bibiana Aído, que presenta puerilmente el aborto como poco más o menos que un trance puntual de la sexualidad femenina.

En rigor, es absurdo declararse "proabortista" por cuanto nadie en su sano juicio puede estar a favor del aborto como se está a favor de la democracia o del reconocimiento legal de las uniones entre homosexuales. Por principio, hay que atender a cada caso, hay que acompañar a la mujer embarazada y hay que entender que, en casos extremos, como los de riesgo de vida para la madre, ésta podría decidir abortar. Por el contrario, las posturas proabortistas al uso resuelven la cuestión con el socorrido "que cada uno haga lo que quiera con su cuerpo", como si el embrión que crece dentro de las embarazadas fuese una especie de apéndice innecesario o incluso un tumor maligno.

Esta visión falaz del embarazo es la que trata de extender el Gobierno entre las adolescentes, a fin de que puedan resolver satisfactoriamente y sin pensarlo mucho sus posibles y muy comprensibles dilemas morales, pero lo que está en juego es el derecho a la vida, en primer término, y el Estado hace dejación de sus funciones cuando no protege el derecho a la vida de los que van a nacer, que son precisamente los más desprotegidos. Más que de prohibición, prefiero hablar de creación de condiciones para que las adolescentes y las mujeres que se quedan embarazadas no tengan que verse obligadas a abortar. Y entre estas condiciones figuran por supuesto las económicas, familiares, sociales, laborales, etc. Ojalá que la Marcha sea todo un éxito y logre mover al Gobierno a este tipo de consideraciones, soslayando las esgrimidas hasta la fecha.

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comentarios
1 Arsbin, día

Haces que me resulte muy difícil poner un comentario aquí: ¿en qué puedo llevarte la contraria? Lo más que puedo hacer es añadir una cosa: que se atengan al hecho científico y a los manuales de embriología. Conforme he escrito el párrafo anterior he caído en la cuenta de un problema que nos plantea el positivismo jurídico: que el legislador se extralimite en sus funciones haciendo las veces de científico, sanitario, historiador, ministro de culto etc. Ahora mismo no se me ocurre nada para poner límite a tales extralimitaciones que no sea establecer normas que impidan al legislador manipular el lenguaje a su antojo.

2 tolondro, día

Es hora de que la progresía de baratillo de este país y otros se enfrente a sus fracasos y contradiciones: - Después de 30 años de actuaciones gubernamentales en educación sexual, de "usa condón", "conkokos" y demás, tenemos más abortos que nunca en la historia. ¿Seguiremos aún por esa vía, falsos progres? ¿Qué necesidad había de retocar la ley vigente? ¿habrá un solo padre/madre en este mundo que no piense que esta ley es una barbaridad, por muy progre que sea? ¿justifica el odio progre a todo lo que huela a iglesia y a religión católica apoyar esta inhumana ley?

3 Pacitoo, día

Lo de ls niñas de 16 años para que puedan abortar sin autoriacion de sus padres, es otra vuelta de tuerca de este psicopata Zapatatero para desautorizr a los padres y desvalorizar a la familia , se trta de que los jovenes sientan que el papa-estado esta por encima de su padres , osea lo ideal para manipular mejor electoralmente a jovenes , es lo mismito q hacen las sectas

4 Goblin77, día

Ya sólo el nombre, Ministerio de Igualdad, da pavor. Al menos, a todo aquél que haya leído 1984. Los temores se confirman cuando al aborto provocado lo llaman interrupción voluntaria del embarazo, como si luego pudiera haber una continuación voluntaria del embarazo. Para esconder la realidad, llegan incluso a usar las siglas: IVE, que debe de ser como el IVA, sólo que el coste de este impuesto lo pagamos en vidas humanas (¿Impuesto sobre la Vida del Embrión?).

5 ongietor, día

Tiene razón esa pesoa (=mujer carga del psoe, que no quiero acordarme de su nombre) que dice que por qué se asusta ahora la gente, si llevamos medio millón de criaturas abortadas. Sin querer, ha puesto el dedo en toda la llaga: Colaron un terrible gol con la primera ley y con su abuso sistemático muchos otros (ya de la anticoncepción brutal y grosera, a veces auténticos abortos precoces, ni hablar); los pesados que insistían en proteger la vida fueron mal vistos, y cada vez es más evidente que se quedaban cortos. Vale ya! (De agradecer que una alcaldesa hable tan bien y tan claro).

6 Madriles, día

Si a alguien le quedaba alguna duda que el golpista del 11-M era un monstruo, se le ha despejado con la soflama lanzada por la bruja Aída desde el ministerio de asuntos sociales del aborto libre hasta para las niñas de dieciséis años; estos genocidas algún día responderán de sus crímenes y pasarán a la historia como los peores carniceros de seres humanos.