Es difícil encontrar un político que hable con franqueza, con amplitud de miras y sin pizca de artificiosidad. Esperanza Aguirre es una excepción. Para la presidenta de la Comunidad de Madrid el politiqués no existe. En una entrevista al diario La Razón ha puesto los puntos sobre las íes a Zapatero recordándole que sus palabras le delatan, que el Ejecutivo ha adoptado una postura radical inexplicable y que desde La Moncloa están obsesionados con dividir el PP a cualquier precio.

Respecto a lo primero no nos cabe la menor duda que Aguirre ha puesto el dedo en la llaga. La negociación con ETA sigue adelante, a pesar de que no ha dejado las armas y a pesar de que, hace unos días, un millón de personas se manifestasen para pedir al Gobierno que recobrase la cordura. En cuanto a lo segundo, es obvio que el de Zapatero es el gabinete más radical de la democracia. Y en lo referente a lo tercero, Aguirre podría haberlo dicho más alto, pero no más claro: "Su estrategia es la de dividirnos internamente. Dividir al PP en dos grupos, los tildados de malos: antipáticos, antisociales, antiguos, los de la guerra de Irak, los amigos de Bush, la derecha más radical, extremista, etc, y luego, un PP de buenos, tildado por ellos de "progres": no crispadores que aceptan la componenda y están mejor vistos".

A buen entendedor...