El Real Madrid ha echado a patadas a Carlos "Perfil bajo" Queiroz y ha fichado para sustituirle a José Antonio Camacho. Florentino Pérez admite que se equivocó y se queja de que el equipo ha perdido los valores que distinguen al Madrid. Rectificar es de sabios y la decisión de dar plenos poderes a Camacho puede ser la medida adecuada para enderezar a un vestuario tan proclive al desmadre y la soberbia. Sin embargo, en el "cambio de ciclo" del año pasado FP no se conformó con dar el pasaporte a Del Bosque sino que también "facilitó" el exilio de Hierro a Qatar. ¿Sucederá lo mismo este año? Parece ser que el primero en hacer las maletas ha sido Roberto Carlos, un símbolo para los madridistas. Empresarialmente, vender al derrochador Abramovich a un jugador de 31 años puede ser un buen negocio, aunque no es una buena noticia en época electoral. Guti, Ronaldo y Figo pueden ser los siguientes en emigrar del Bernabéu. Puestos a buscar responsables, alguien debería recordar a FP que fichó a un tal Jorge Valdano –con sueldo de galáctico– como director general, precisamente para que se ocupara de manejar el vestuario y dar la cara ante la prensa. Un dato más. Fue el argentino el que recomendó el fichaje del segundo entrenador del Manchester, al que ahora culpan hasta de que la cantera del Madrid sólo dé piedras y no diamantes.

El 11 de julio se celebran las elecciones. La lógica llevaría a pensar en una victoria aplastante de FP. Con su gestión el Madrid mira por encima del hombro al resto de equipos del mundo. Sin embargo, los antecedentes en materia de elecciones –las que el propio Florentino ganó gracias al efecto Figo o el más reciente 14-M– han demostrado que para ganar en las urnas no basta con presentar buenos números. Lo que está claro es que la campaña será movidita, y más cuando aparezca en escena –de forma oficial– el inolvidable Lorenzo Sanz.