No estaría de más que el presidente del Gobierno se dejase de circunloquios altisonantes cuando se le pregunta sobre si él mismo y su partido siguen siendo republicanos. Porque, en esto no hay, o no debería haber, medias tintas. O se es monárquico o se es republicano. Lo que sospechamos es que el PSOE no es ni una cosa ni la otra, es, simplemente, un partido adicto al poder que con tal de conservarlo se presta a cualquier equilibrio sobre un alambre.

Dejando a un lado la República y la Monarquía que, como todo, va en gustos, no deja de ser curioso que Zapatero se autodenomine constitucionalista para evitar las preguntas incómodas. Y eso el mismo día que ha asegurado que está dispuesto a apoyar una reforma del Estatuto vasco si cuenta con una mayoría de dos tercios en la cámara de Vitoria. ¿Y si la reforma es anticonstitucional?, ¿seguirían valiendo los dos tercios?, ¿Seguiría siendo ZP tan "constitucional" como ha afirmado ser hoy en la cadena SER?