Y no nos referimos a la histórica séptima victoria de Lance Armstrong en el Tour de Francia, sino a la séptima delegación española que ha sido rechazada por las autoridades marroquíes en los últimos meses. Estaba formada la comitiva por políticos canarios, entre los que destacaba un diputado del parlamento autonómico y un consejero del Cabildo de Gran Canaria. El programa del grupo era entrevistarse con representantes del Minurso (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental) y con las autoridades de El Aaiún. No fue posible, la policía del sultán lo impidió. Ante las previsibles quejas de los españoles los agentes aseguraron obedecer órdenes. ¿De quién?, ¿quién impide a ciudadanos españoles entrar libremente en el Sáhara Occidental?

En un país normal, el Ministerio de Asuntos Exteriores debería pedir explicaciones sin más demora al embajador de Marruecos. Pero la España de ZP no es un país normal, sabemos de antemano que no lo hará, que el ministro Moratinos vela más por los intereses del tirano alauita que por los de sus conciudadanos. Quizá las explicaciones se las deberíamos pedir nosotros a Moratinos.