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Cinema Oh! Culto

¡Ay Mario, qué mala suerte has tenido con las sesiones de Cinema Oh! Culto! Siempre te ha tocado estar trabajando o fuera de Madrid, en esta última ocasión en Tokio. Y esta vez hubieras disfrutado más todavía si cabe, porque nuestra Carmen Jara era la invitada especial. Se pasó la noche diciéndome "si Mario estuviera aquí"… y es que no paró de reírse con la película, con los jaleos y aplausos de los espectadores y con las ocurrencias de los creadores de esta noche de cine club underground : Paco Clavel y Juan Sánchez.

La iniciativa de recuperar películas malditas, olvidadas o insólitas del cine español y proyectarlas en un bar con la presencia de alguno de los intérpretes es una oportunidad impagable para revisar lo mejor/peor de nuestra filmografía. Precisamente con la proyección del otro día se cumplía un año del comienzo de esta fiesta cultural que espero ansiosa en cada ocasión. La selección es perfecta, el criterio impecable. Y en el público disfrutamos de un ambiente distendido que nos permite aplaudir las frases mas bizarras, chillarle a Lola Flores en su papel de prostituta, gritarle guapo a Pedro Mari Sánchez cuando lo vemos cantando en moto con Camarón, maravillarnos con el relato de esos intérpretes que se acercan a contarnos sus experiencias durante el rodaje.

Con Carmen fue apoteósico. Se proyectó la película El Vendedor de Ilusiones, una fábula psicotrónica sin intención de serlo. Muy Ed Wood. Tan pronto la película pasaba del blanco y negro al color, del positivo al negativo. Planos imposibles, diálogos tremendos, números musicales. Y Carmen Jara desternillada, diciendo "¡qué película más mala!". Después se subió al escenario y nos regaló una canción. Y digo regaló porque desde que Carmen decidió retirarse de los escenarios dice que sólo canta cuando quiere y para quien quiere. En EsRadio tenemos la suerte de ser los únicos que disfrutamos de su arte cuando cierra la emisión de los programas que realizamos fuera del estudio. Y la otra noche en el Cinema Oh! Culto se encontraba tan a gusto que hizo otra excepción.

Carmen se despidió del público diciendo que se había reído con esa película tan malísima en la que participó en 1967, que deberían ponerla en las consultas de los psiquiatras y psicólogos para curar a la gente que va con tristezas y depresiones. Es un resumen perfecto de lo que suponen estas sesiones de Cinema Oh! Culto. Esto sí es memoria histórica, de la buena, con buen rollo, respeto y muchas ganas de disfrutar con las joyas de nuestro pasado cultural.

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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