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A mí una vez me dedicaron un poema de Benedetti

Señores,

Ella era levantisca, respondona, me maltrataba con miradas verdes y palabras negras como el carbón. De todas las mujeres del mundo, ella era la más inteligente y la más cruel. Poco después de conocerme, un día me entregó un papel, y en él había copiado Corazón Coraza, de Mario Benedetti.

Hasta entonces, yo había visto la poesía con cierta compasión no exenta de condescendencia. Era un mal menor estampado en los libros de literatura del instituto, algo que memorizar a la fuerza tras los cristales acribillados de lluvia, o un refugio para los débiles y los extraños. Pero Corazón Coraza me inoculó su veneno, y entonces comprendí que la poesía es un estado de ánimo para los estados de ánimo, es un consuelo ajeno para los dolores propios, la poesía es algo grande cuando entra en ti sin que te enteres.

Así que hoy les propongo un ejercicio. Compartan con el mundo Corazón Coraza. Internet es una mierda si no se usa para cosas lindas. Este tránsito sin fin de bits no tiene sentido si no lo usan alguna vez para algo más bello y más noble. Sé que el mensaje de un poeta muerto es menos mediático que la posibilidad de que se cierre Hotmail, o de que se cure de una extraña enfermedad una niña amazónica, o de que Bill Gates te mande un cheque por correo, o de que Ericsson te envíe gratis un teléfono si reenvías el mensaje a todos tus contactos. Pero yo les suplico que hoy intenten crear una cadena hermosa; abran su correo y, en honor al hombre que se nos ha ido y que dedicó su vida a inocularnos a todos el veneno de la poesía, escriban:

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.


Desangeladamente,

Fabián, su chico recitador
Fabián C. Barrio es vate y trovador

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3
comentarios
1 Donatien, día

Gracias.

2 jlh, día

Que grande eres, Fabián.

3 vikinga, día

Después de tanto tiempo, pensé que estarías desconectado. Me encantá tu "reentré" como recitador. ¿Hay alguna poesía para gente que no esté enamoradoa, triste ni mística?