El día en que Sainz se hizo mayor
Le adelanta Max Verstappen en la primera salida fallida del gran premio, le tiene que ceder, a mitad de carrera, la posición a su compañero de equipo por ser más lento, y en la salida tras el safety car le piden que ayude a Leclerc para que conserve su posición. Es la historia que siempre ha acompañado a Carlos Sainz y que siempre ha terminado con el piloto español detrás, dejando que otros se lleven la victoria. Pero eso ha cambiado en Silverstone este domingo, donde el madrileño ha conseguido sacudirse los fantasmas de segundón y con algo de suerte y mucho tino ha demostrado que puede ser aquello para lo que fue contratado en Ferrari, ganar carreras.
Carlos Sainz ha ganado su primera carrera en el momento en que más lo necesitaba, en el momento en que muchos todavía hoy, dudan de su carácter, a veces poco agresivo si lo que se quiere es ganar un Mundial. Pero esta vez, pocas vueltas después de tener que ceder su puesto y agachar la cabeza tras el paso de Leclerc, un coche de seguridad, un cambio a neumáticos blandos y un poco de garra, de esa que a veces echamos de menos, han hecho que Sainz, por fin, se haya estrenado en lo más alto del podio.
Hacía diez años que un español no ganaba una carrera y lo cierto es que la afición española ya lo necesitaba. Ahora, la victoria de Sainz no convierte al aprendiz en maestro, pero sí le enseña que es posible, que tiene la capacidad de romper el techo que a veces condiciona la carrera de los pilotos. Una victoria con el permiso de Verstappen que de no haber tenido problemas en su monoplaza era el máximo favorito para cruzar primero la bandera a cuadros.
En cualquier caso, ha sido un buen día para el automovilismo español y ha sido una muy buena carrera con muchos alicientes, sorpresas y giros dramáticos muy típicos del trazado inglés. Espero que no tengamos que esperar otra década para volver a ver ganar a uno de los nuestros, volver a ver a Carlos luchar por su posición y no por defender la de otros.