Estuvimos cerca, pero el triplete en la catedral del motociclismo se fue por los suelos cuando, en la categoría reina, en la primera curva, Álvaro Bautista embestía a Jorge Lorenzo dejándole fuera de carrera.

Sí, lo sé, quedaba Dani Pedrosa, pero ¿cuántos pensasteis que ganaría? ¿Y cuántos dabais por seguro que, al final, sería Stoner el que se haría con el triunfo? Yo me incluyo en este segundo grupo. Reconozco el potencial y la calidad de Pedrosa, pero le falta sangre en las venas, le falta tener la valentía de hacer adelantamientos como el brindado por Viñales en Moto3, prácticamente en la última curva. Le falta el coraje que vimos en Márquez, quien no dio por huido a Iannone y le cazó y buscó su recompensa, la victoria.

Hasta que Dani no pierda el miedo a que una caída le retire definitivamente no será campeón del mundo de MotoGP. Y le queda poco tiempo. El año que viene, si nada se tuerce, el niño prodigio Marc Márquez ocupará el lugar de Casey Stoner en el equipo Repsol Honda y Dani debería asumir el rol de veterano, de líder y no me parece un disparate asegurar que será Márquez quien retire a Pedrosa.

Un futurible que sólo se puede cambiar si se pone toda la carne en el asador. El Gran Premio de Holanda cumplía las condiciones para dar ese plus que sólo tienen los campeones. Con Lorenzo, el líder, fuera de carrera, la oportunidad de conquistar la primera posición y el liderato eran más accesibles que nunca, pero Dani, por falta de confianza, o de ritmo, o de feeling con la moto, no pudo con su compañero de equipo, que se volvió a reencontrar con la victoria y vuelve a meterse, más que nunca, en la lucha por el campeonato. Tanto que ahora el australiano está igualado a puntos con Lorenzo en la clasificación. Esperemos que no nos tengamos que acordarnos de Bautista a final del campeonato, pero bueno, son lances de carreras.

Poco más se puede decir de una carrera, la de MotoGP, en la que hemos visto una vez más el fracaso del binomio Ducati- Rossi y a la que le faltó emoción. No así las otras dos categorías que le precedían.

En Moto3, hasta siete pilotos distintos optaron a la victoria. O por lo menos eso creían hasta que llegó Viñales y se sacó, en la última vuelta, un adelantamiento magistral que dejó al resto sin argumentos. El propio Cortese admitía en la zona mixta que el de Rosas había sido superior...y por eso Viñales es hoy más líder que nunca de la categoría chica.

Y qué decir, una vez más, de Marc Márquez. Reconozco que tengo debilidad por este chaval, pero es que encarna los atributos que debe tener un campeonísimo: técnica, cabeza, corazón y mucha, mucha valentía. Luchó desde la primera curva con el primero, se fue atrás, remontó, se escapó del grupito y se fue a por el líder de carrera, por entonces el italiano Iannone. Le alcanzó, le pasó y se escapó hacia una victoria. Y es que Márquez tiene la habilidad de hacer fácil lo difícil.

Esta vez, sí que es cierto, lo tuvo un poco más sencillo después de que su gran rival esta temporada, Pol Espargaró, se fuera al suelo en los primeros giros. Demasiadas ganas de marcharse tuvo el de Granollers. Tenía que haber esperado a que el asfalto estuviera menos frío y sus gomas más calientes. Segundo cero para Espargaró, y ya son demasiados. Con Luthi también fuera de carrera, Holanda ha sido para Márquez el Gran Premio perfecto. En definitiva, un día de triunfos que pudo ser redondo pero se quedó en el casi.