La Fórmula 1 ha dejado de ser Fórmula 1 en Mónaco
Ni en las normas técnicas ni en las deportivas se dice nada de que las carreras de F1 deban ser en seco.
Este domingo me he acordado muchísimo de un amigo y amante de la Fórmula1, Emilio Campmany. Emilio, en los últimos años, había criticado a la dirección de este deporte por hacerlo previsible y excesivamente seguro, lo que le restaba emoción y parte del atractivo que habían tenido siempre las carreras. Vamos que se habían convertido en unos blandos. Y este domingo me he unido a su club, después de no entender porqué dirección de carrera retrasaba el arranque del GP de Mónaco porque caía un poco de lluvia. Que yo sepa ni en las normas técnicas ni en las deportivas se dice nada de que las carreras de F1 deberán ser en seco, y tampoco es que estuviera cayendo una tromba de agua sobre el Principado de Mónaco.
Dicho esto y hecha la crítica, lo cierto es que los jefazos de la F1 no han sido los únicos que han perdido este domingo una oportunidad para dar espectáculo en Montecarlo. Ferrari ha dejado claro que lo suyo no son las estrategias en carrera y una vez más Red Bull les ha robado la cartera. Tenían el mejor coche y la mejor posición en parrilla, primero y segundo, pero arrastrados por la decisión y personalidad que siempre demuestra Red Bull a la hora de plantear las paradas y las estrategias han dejado un año más a Charles Leclerc fuera del podio de su propio país. El cabreo del monegasco era mayúsculo, y justificado, sobre todo después del cero en la última carrera que le obligaba a restar algún punto a Verstappen para mantener viva la lucha por el título de piloto.
Así las cosas, Pérez con la victoria, se ha resarcido del último gran premio en que tuvo que dejar pasar a su compañero de equipo al tiempo que Verstappen ha ampliado un poco más la ventaja respecto a Leclerc.
¿Qué hizo Sainz? Lo único que podía hacer, apretar a Pérez mientras le duraron sus problemas de graining en los neumáticos y celebrar un podio que ha sabido a poco en la escudería del Cavallino Rampante. Lo cierto es que Mónaco tampoco ayuda a que pasen cosas relevantes en carrera y solo la lluvia le ha dado algo de emoción a un gran premio que ya nos tiene acostumbrados al sopor automovilístico.