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Primera carrera del año y primer triplete español

¡Qué más se puede pedir a este arranque del Mundial que ha empezado con tres pilotos españoles imponiéndose en las tres categorías! Ya el sábado los nuestros se hacían con las tres poles, anunciando lo que podría ocurrir el domingo. Y lo mejor es que ocurrió. La fiesta española en Qatar empezaba con la categoría más pequeña, Moto3, y el primer triplete de la temporada. De los cinco pilotos que lucharon por subir al cajón, cuatro eran españoles. Salom, Viñales, Rins y Márquez, con el permiso del alemán Folger, se disputaron la victoria que al final se llevó el mallorquín Luis Salom, quien supo apretar cuando a la carrera sólo le quedaba una vuelta. Si algo podemos sacar en claro de esta categoría son dos cosas: el dominio de las KTM, que han hundido a las Honda en la clasificación, y el dominio también de los españoles que hunden, en este caso, el ánimo del resto de pilotos que no entienden qué les damos en España a estos chavales locos por las dos ruedas.

Menos disputada estuvo la carrera de Moto2, donde se cumplió el guión previsto. Pol Espargaró hizo bien su papel de favorito y se impuso en un gran premio en donde parecía que el de Granollers no podría ni con Nakagami, que se quedó pronto sin gomas debido al tirón que dio al inicio, ni a con  Redding, gracias al cual Pol pudo contactar con el piloto japonés e irse hacia adelante.

El año pasado cuando llegaba a este punto, en el que tenía que hablar de MotGP, la alegría era una constante porque Lorenzo y Pedrosa se repartieron prácticamente todas las victorias. Pero lo cierto es que al hablar de la carrera, ésta rozaba el aburrimiento. 2013, tal y lo que hemos visto en Qatar, será de todo menos aburrido. Cuatro pilotos, cuatro campeones del mundo, pertenecientes a dos marcas, Yamaha y Honda, estarán seguro copando los tres escalones del podio y luchando por la victoria.

Pero, pese a que todos tienen su mérito, en Losail se ha comprobado la excepcionalidad de un piloto, de un chaval de 20 años con una mirada que contagia optimismo e ilusión. Parece normal que el vigente campeón del mundo se imponga y lo haga, además, en un circuito en el que siempre ha subido al podio. También entraba dentro de las quinielas que Valentino Rossi, después de haber estado desaparecido dos años con Ducati, volviera al podio tras su vuelta a casa, a Yamaha.

Pero tiene mucho de excepcionalidad que un novato no sólo suba al podio en su primer gran premio en la categoría reina del motociclismo, sino que lo haga ganando a su compañero de equipo, Dani Pedrosa, que se diluyó como un azucarillo, después de la pasada de Rossi, y lo haga, también, luchando de tú a tú con todo un nueve veces campeón del mundo. Marc Márquez plantó cara a Il Dottore, al que no dudó en pasar al final de la recta de meta con un interior que sólo puede firmar alguien como Márquez. Brillante el piloto ilerdense, que mostraba felicidad pura en el podio de Losail. 

No menos contento vimos a Rossi, que por fin, después de dos años de sufrimiento con Ducati, ha vuelto a su sitio natural, a estar con los mejores, porque él es el mejor. El piloto italiano parecía que no iba a ser capaz de contactar con el grupo de cabeza, pero el pundonor y la calidad del transalpino fueron más que suficientes para remontar desde atrás y, finalmente, cruzar segundo la línea de meta. ¡Y qué alegría verle remontando con solidez llegando y luchando por el podio!

¡Qué Mundial nos espera, qué carreras y qué luchas entre qué pilotos! Lo único que espero es que Dani Pedrosa se una a esa lucha de una manera más firme con el pilotaje que le vimos en la segunda parte de la temporada pasada. A ver quién es el listo que es capaz de predecir quién se llevará el Mundial este año.

Próxima parada el circuito de Austin en Texas (Estados Unidos). ¡Que continúe el espectáculo de las motos!

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