La nueva Ejecutiva de Esquerra Republicana de Cataluña acaba de anunciar que pedirá a sus seguidores que voten no en el referéndum de la Constitución europea. era previsible. La futura Carta Magna de la Unión no reconoce a Cataluña como nación y entre las lenguas oficiales no figura el catalán. La coherencia de los republicanos en este particular es exquisita. Maragall, que es más de lo mismo, la va a apoyar aunque de boquilla porque el texto "no le satisface".

La pregunta entonces es, ¿A quién satisface la Constitución Europea? A la izquierda no porque es demasiado liberal, es decir, demasiado poco soviética. A los nacionalistas tampoco porque no reconoce sus respectivos "hechos diferenciales". A la extrema derecha menos aún porque, a fin de cuentas, eso de la integración europea nunca ha sido de su agrado. A los liberales finalmente, o al menos a buena parte de ellos, la Constitución recién nacida les parece un invento intervencionista que consagra las peores prácticas socialdemócratas de los eurócratas de Bruselas.

¿A quién satisface esta Constitución?, ¿A Giscard d'Estaing?