La izquierda es inconstante en sus valores. Durante la revolución industrial logró sacar a las mujeres de las minas; que se prohibiera su contratación para un trabajo tan duro. Luego logró exactamente lo contrario, que se les volviera a admitir en pie de igualdad con los hombres en el acceso a este trabajo, como a todos. Acertó al rectificar.

No obstante, se tome una postura o la contraria, lo que permanece inalterable es la pretensión de hablar desde una legitimidad moral única e inalcanzable para quien no piensa así. Por eso no está mal recordar ciertas incoherencias, para que lleven a la reflexión. El Partido Popular ha tenido la iniciativa de recordar las posturas que varios líderes históricos de la izquierda han tenido sobre la homosexualidad. Alguno en criminal ejercicio de sus ideas, como Fidel Castro.