El PSOE pidió ayer responsabilidades políticas por el caso del seguro contratado por Trillo. Por coherencia, debería pedirlas a Rubalcaba, puesto que éste disfrutó también de un seguro similar. La reacción del gobierno ha sido patética; las responsabilidades políticas las paga un funcionario que pasaba por ahí.

A cualquier liberal le habría dejado más que satisfecho la eliminación de estos seguros, que llevan contratándose desde el 91 y que son un ejemplo más del derroche que lleva adosado el sector público. Pero parece evidente que se ha hecho sólo para no quedar en ridículo ante la opinión pública. No lo han conseguido.