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Liberación a pesar de Zapatero

En la película “La vida de Brian”, hay una escena maravillosa en la que Brian, sin querer, pisa el pie a un ermitaño. “¡Aaaay!”, grita éste. “¡Maldito seas! Llevaba 18 años sin hablar y me has hecho romper mi voto de silencio”. En ese momento, los seguidores de Brian llegan al lugar y escuchan al ermitaño proseguir: “¡18 años sin hablar y llegas tú y me haces que hable!”. Al oír eso, los discípulos de Brian comienzan a gritar unánimemente “¡Milagro! ¡Milagro!”.

Ayer, la dictadura venezolana excarceló a Leopoldo López, cambiando su régimen de aislamiento por el de prisión domiciliaria. Y aquí en España, junto a la alegría por el relajamiento del régimen carcelario de Leopoldo, vivimos un espectáculo ciertamente kafkiano, después de que Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero salieran a intentar apuntarse el tanto. Mariano Rajoy agradeció públicamente a Zapatero sus esfuerzos, insinuando que era el artífice de la liberación, mientras que el propio Zapatero corroboró la insinuación, agradeciendo al gobierno de Rajoy su apoyo. Y automáticamente, muchos medios de comunicación españoles se apresuraron a gritar unánimemente “¡Milagro! ¡Milagro!”, pidiendo poco menos que la canonización de varones tan santos como Mariano y José Luis.

La realidad es bien distinta. Y si se molestan Vds en consultar los medios internacionales y las cuentas en redes de la oposición venezolana, verán que en ninguna parte hay la menor palabra de agradecimiento de Leopoldo López, de su familia o de su partido hacia el ex-presidente Zapatero. Por el contrario, el abogado de Leopoldo López, Javier Cremades, publicó diversos mensajes muy críticos con el ex-presidente Zapatero, al que acusó de ser el mejor aliado de Maduro.

Mal está que alguien como Zapatero intente apuntarse la medalla de la liberación de Leopoldo López, cuando a lo que ha dedicado su supuesta labor de mediación es a apuntalar a un régimen criminal tambaleante. Peor aún es que Rajoy cometa la imprudencia o la indignidad de alabar su papel, dando carta de naturaleza a esa mediación perversa y falsa. Pero que haya medios de comunicación que hagan el papel de corifeos acríticos y jaleen esas palmaditas mutuas en la espalda de Zapatero y Rajoy habla muy mal del periodismo patrio. Y es un insulto para la oposición venezolana.

Es muy posible que Zapatero haya tenido una intervención en la puesta de Leopoldo López en arresto domiciliario, sí, pero solo como intento desesperado de lavar la cara a un régimen que se cae a pedazos. Zapatero ya intentó en junio chantajear a Leopoldo López, ofreciéndole el arresto domiciliario a cambio de desactivar las protestas, y López rechazó la infame componenda. Ayer, el líder opositor venezolano confirmó en su primer mensaje público su apoyo a la revuelta en la calle como único medio de hacer caer la dictadura, lo que demuestra que el chantaje de Zapatero no ha funcionado.

Leopoldo López no ha sido liberado gracias a Zapatero, sino a pesar de él.

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