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Celos. Fidelidad, relaciones...

Aunque el fin de semana, tal y como intuí, fue muy intenso y se prolongó del viernes noche al domingo de madrugada, estoy muy sorprendido de la hiperactividad que me ha inundado desde el inicio de la semana. El chip me ha cambiado y no paro de ponerme al día con llamadas pendientes, e-mails perdidos en la red y demás cuestiones laborales que resuelvo y ejecuto con una rapidez mental que me sorprende; hasta reflexiono sobre cuestiones que nos lanzamos en este blog. Y es que tras tu última aparición en estas páginas no paro de darle vueltas a un aspecto que mencionaste: los celos.

Es cierto que hablamos con infinita confianza acerca de nuestros sex symbols; para nada me importa, ni me molesta, que te desveles por las noches (con el cansancio acumulado que tienes) para devorar el cuerpazo del nadador Phelps; tampoco me enfada el que tengas obsesión por la escasa estatura futbolera de Messi, eso por no hablar de Rob Zombie, la Manson, Antonio Resines y un largo etcétera. Soy consciente que ti te pasa lo mismo cuando hablo maravillas de Pamela Anderson, o babeo con el cuerpazo de la recientemente cincuentona Madonna o recorro kilómetros para devorar en primera fila a la sexy abuela en que se ha convertido Deborah Harry. Todo lo hablamos con sinceridad, confianza y desparpajo. Pero, ¿qué pasaría si aduláramos de la misma forma a personas cercanas a nosotros? ¿Qué pasaría si nos dijéramos cuánto nos gustan personas que pertenecen a nuestro mundo, a nuestro entorno y que no están en el inalcanzable olimpo de los dioses? ¿Nos lo diríamos tan directamente? ¿Seríamos tan sinceros? Es una cuestión difícil. Es más, no me gustaría que eso pasase...

Sinceramente, no sé si me haría mucha gracia que me confesaras que te atrae alguno de tus músicos. Por otro lado, y esto lo hemos hablado muchas veces, ¿preferiría saberlo o no? Cada día me voy conociendo un poquito más y creo que siempre agradecería el saber todo; absolutamente todo, con todas las consecuencias.

Claro, existen amigos comunes que en sus relaciones aplican el "ojo que no ven, corazón que no siente" Siempre te he dicho que me parece fatal. Considero que la verdadera relación se ha de basar en la confianza, claro que si decides ser sincero te puedes llevar muchas sorpresas...

O quizá ese "no querer saber nada", o impedir que se sepa lo "que uno hace" responda a un ejercicio premeditado de continuar una historia a la que se está acostumbrado y para qué complicarse la vida declarando "nuevas aventuras" que no se sabe dónde van a terminar...

Vuelvo a repetir que es algo difícil. Tampoco me gusta juzgar a nadie; cada cual que haga lo que quiera.

Pero no puedo evitar pensar mal en todos aquellos que dicen no ser celosos; si no tienes celos, si no tienes miedo de algo que pueda hacer peligrar tu relación, mejor que dejes todo, ¿no crees? Y que quede claro una cosa: no pretendo hacer un alegato de la pareja perfecta entendida desde el punto de vista mas retrógrado y antiguo. Para nada, sabes que promulgo por un tipo de relación en el que cada cónyuge tenga vida propia al margen de la pareja; que si yo me voy de vacaciones con unos amigos y tú con otros no pasa nada, absolutamente nada. Es más creo que eso fortalece la relación.

Es decir, y vuelvo con otro refrán, para mi eso de "contigo pan y cebolla"...pues tampoco lo veo muy sano.

Pero sí pido fidelidad. Siempre me han acusado de tremendista al mantener que ser infiel me parece una traición. Si en una pareja se deja claro que desde un principio el lado promiscuo, si se ha sobre avisado de antemano no solo me parece perfecto sino que aplaudo la sinceridad, pero no siendo así...Claro, que viendo ejemplos de parejas que llevan tantos años, o incluso parejas cercanas eso me hace pensar que quizá soy muy joven y sé muy poco de la vida y las personas; ¿o será que he empezado, a pesar de estar en la treintena, a vivir plenamente muy tarde?

Si eso es así no quiero crecer...

Aquí te dejo varios fotos de parejas que me gustan. Hay de todo: divorcios, infidelidades y parejas, aparentemente, perfectas como los matrimonios de los Cramps o Bowie-Iman.

 

 

Vamos a usar este espacio para comunicarnos, dejarnos recados, enseñarnos las fotos y noticias que descubrimos... para contarnos todas esas cosas que no nos da tiempo a comentar en el día a día. Esto es, en definitiva, un blog cerrado al que sólo tenemos acceso nosotros dos, una extensión de nuestra vida

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