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Las trotonas

Hola. Con estos calores, retoñan los tangas por fuera del tiesto. Brotes verdes, turquesas, bermejos, de encaje turbio, tiralíneas de globitos fajados a la raja como la roña de musgo tras el primer rocío.

Gracias, Señor, por el bilingüismo cordial, ahora que no sé de lenguas sino de piercings.

Gracias por la armonía con el moro como en el Medievo, mucho antes de Lepanto; de cuando, en las Cánticas de Serrana, las mozas de Juan Ruiz no se andaban por las ramas: "Trota conmigo".

"Llevóme consigo / e diome buena lumbre / como es de costumbre / de Sierra Nevada".

La línea 6 de metro presenta un intervalo estimado entre 15 y 20 minutos debido al sabotaje de la harca sindical, rogamos disculpen las molestias y disfruten de la lencería y los sobacos. Sueño que se abren las puertas y entra Rachida Dati con un esmoquin dominatrix de Lagerfield y dos gotas de Chanel 5 prendidas de la columna jónica de su cuello. Pero es la estación de Pacífico, Madrid, y quien se abalanza entre la rugiente turba es la melliza de Leire Pajín con las bragas por fuera de los vaqueros.

En la democracia, la chusma imita a sus élites; en su variante evolucionada, la democracia populachera, los dirigentes imitan a la chusma, en un proceso de mimetismo similar al que los dueños experimentan inconscientemente con sus perros. Siempre hay un pre-jubilado de la Renfe que es clavado al sr. Rajoy y una cheli de chicle de bola y tatuaje planetario en el culo que es idéntica a la srta. Pajín.

Si alguna vez bajaran al Metro, los políticos comprenderían de dónde viene la violencia, el hastío, el hacinamiento, la zafiedad, el olor a pies, el horno sin aire, la oscuridad de cloacas y la grasa puerca del sistema. Todo sigue tan abyecto, envilecido y brutal como de costumbre en la historia española. Los más golfos encaramados al pequeño privilegio, que utilizan para humillar a la gente. Sindicatos mafiosos asaltando los servicios públicos y machacando a los usuarios, casi todos trabajadores. Funcionarios déspotas que ordenan la cola del paro como si fuera ganado para el hierro incandescente. Militantes de todos los partidos con las venas del cuello inyectadas en odio y las de los ojos, en miedo. Nadie confía en nadie, nadie quiere ser el último en soltar una dentellada. Lo dice el CIS, lo corrobora esta selva sin esperanza. La lucha por la vida, de Baroja, pero a lo bestia y con las élites (jueces, profes, políticos, masones, tertulianos, coristas,...) imitando a la chusma en el violento saqueo de todo.

Ojalá nos acuchilláramos abiertamente unos a otros por la calle. A estas horas, estaríamos todos muertos.

En vez de eso, pasa la bola rabiosa a través de minifundios del abuso. El liberado sindical putea al trabajador. El funcionario putea al contribuyente. El profe de Ciudadanía putea al alumno y se ensaña con el objetor. El tertuliano militante putea al disidente.

Intento llegar en pie al final de este día, leyendo una vez más Brideshead revisited, de E. Waugh. Observo en esta ocasión los detalles que hablan de la forma de vestir de los personajes, en una época en la que la clase media se vestía con decoro para la cena. La situación en la que el narrador cena con su padre viudo en la vieja casa familiar de Londres y negocia un aumento de su asignación económica de estudiante, la noche antes de partir a Brideshead para reunirse con Sebastian, es memorable. Dos generaciones sin nada que contarse, unidas sólo por el código de la urbanidad.

Un vagón de Metro detenido en la sima de la sociedad por un sabotaje encubierto de los sindicatos es el mundo que ha venido después de esa última cena. Un horno de tangas y nalgas lechosas, escudos de iPod con reaggeton, lectoras románticas de la srta. Almudena Grandes. Una plebe montuna y lasciva que se escupe y se trota.  La democracia, necesariamente, tenía que llegar a esto. No sé, igual me estoy volviendo un reaccionario, como el sr. Oswald, comentarista de este blog, al que noté un poco cohibido por haber leído y disfrutado, con el mejor criterio, de los Escolios de Nicolás Gómez Dávila.

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comentarios
1 Oswald, día

Sr. Gago: bienvenido al club en el que acabarán todos los liberales con sensibilidad intelectual, ética y estética . Reciba un reaccionario saludo.

2 Erbilyos, día

"Ojalá nos acuchilláramos abiertamente unos a otros por la calle. A estas horas, estaríamos todos muertos." No necesariamente. Ante tal eventualidad, jugarían con ventaja los que hayan hecho un cursillo de manejo del cuchillo en Chechenia, donde son muy hábiles con esa herramienta. Por no hablar de los que tengan en su poder un fusil de francotirador, con su mira telescópica, de esos que tanto éxito tuvieron en Sarajevo. Ah, mi querido Víctor, te veo cada vez más cerca de encarnar el concepto de exilio interior, especialmente si continúas leyendo obras de autores del estilo de E. Waugh, donde la gente se viste para la cena. Pues mira: para complacer y alimentar tu espíritu aristocrático, y al mismo tiempo infundirte ánimos, te propongo la lectura del diario de Grace Elliot, Diario de mi vida durante la Revolución Francesa, publicado por Valdemar hace algunos años (traducción de José Luis Moreno-Ruiz, el de Rosa de Sanatorio), y que fue adaptada maravillosamente al cine por Eric Rohmer con el título La inglesa y el duque. Un saludo de un exiliado interior.

3 jlh, día

Como siempre, muy acertadas las críticas de Víctor a esta España que nos ha tocado vivir, y a los españoles, entre los cuales me cuento. Se distancia Víctor de la actual tendencia de insultar a España y a los españoles, muy de moda desde hace muchos años entre los rojos, progres, y estúpidos en general. Lo que hace Víctor son críticas constructivas, que si se escuchasen y se obrase en consecuencia, mejor nos iría a todos. Porque desde luego no es plato de gusto ir viendo “Rajoyes” y “Pajínes” por la calle. Por cierto, esta mañana he estado en la Feria del Libro con mi madre viendo a una amiga suya de toda la vida que está en el puesto de la editorial Rudolf Steiner. Tienen un libro con “Todos los Cuentos de los Hermanos Grimm” que he cogido con intención de pagar, pero no me ha dejado hacerlo (pagar es lo que no me ha dejado hacer, no cogerlo, aclaro). Así que le agradezco el regalo. Y ya os contaré que tal está. Me ha interesado porque los cuentos y las leyendas contienen las enseñanzas más profundas, las que sirven para vivir correctamente, las enseñanzas del alma. Lo cuentan con imágenes, eso sí, por lo que hay que saber interpretarlos. Pero son bastante intuitivos, no hace falta ser un sabio eremita para ello. Y como este contiene todos los de los hermanos Grimm, me imagino que estará bien. Como digo, ya os diré. Y muy bien la Carbo llamando español al español en el anuncio del programa del lunes. Resulta agradable oírlo. Igual que resultó muy agradable oír en vuestro programa al psiquiatra que explicó por qué el idioma español es el español, y no el castellano.

4 Oswald, día

Erbilyos: voy a hacer los deberes y hoy mismo sacaré de la biblioteca pública el libro de la Elliot. La estupenda película de Rohmer ya tuve el placer de verla hará un par de años (igualito que el cine español, oiga: la protagonista es una cortesana...¡¡¡y ni una escena de cama!!!). Tío y tocayo Mario: gracias por pronunciar correctamente mi apodo y no caer en el vicio de siempre pronunciar a la inglesa la "w", como hizo la prima Carmen (con su deslumbrante juventud no se puede ser tía).