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Discutir con los dioses

Cordon Press
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Decía el escritor estadounidense Norman Mailer que un héroe es alguien que quisiera discutir con los dioses para así debilitar a los demonios para combatir su visión. Eso hizo Véra Caslavská; la gimnasta checa ostenta el récord de títulos individuales olímpicos y es por cierto la única que ha ganado la medalla de oro en todas las pruebas, barra de equilibrio, salto de potro, barras asimétricas y suelo. Cuando, al poco de ser invadido su país por la URSS, otra vez la URSS, a Vera la tocó competir en los Juegos de México de 1968 y tras conquistar la medalla en la prueba de barra de equilibrio, al sonar el himno nacional soviético en honor de Natalia Kuchinskaya, Caslavská inclinó su cabeza y miró hacia otro lado en señal de desprecio al invasor. Discutir con los dioses para debilitar a los demonios le granjeó a Vera la admiración de su pueblo y la inquina de su Gobierno, ya a esas horas declarado abiertamente prosoviético y anti checo. De heroína pasó directamente a fregar los suelos de las casas de otros, los políticos le ofrecieron incorporarse a la vida social convencional-comunista retractándose de lo expuesto en el manifiesto ‘Dos mil palabras’, pero Caslavská se negó, mantuvo intacta su honra y conoció de primera mano lo que es enfrentarse al mismísimo diablo en la Tierra.

El mundo del deporte, y especialmente el ucraniano, está respondiendo (si se me permite la expresión coloquial y aún no permitiéndose) como un solo hombre a la invasión rusa de su nación. Se podría decir que han retomado en 2022 el relato que Caslavaská inició hace más de 50 años, uno que creíamos que estaba en desuso y que empieza a aislar a Vladimir Putin. El presidente Volodimir Zelenski implantó primero el servicio militar obligatorio pero después, poco a poco al principio y masivamente más tarde, ciudadanos de a pie y en su mayoría sin experiencia militar alguna decidieron inscribirse en el ejército para luchar por su país pese a carecer de experiencia con las armas.

Vitali Klitscho, ex campeón mundial de boxeo de los pesos pesados, fue de los primeros en querer discutir con los dioses para debilitar al demonio. A Vitali se unió al instante su hermano Wladimir y a ellos dos les siguió Oleksandr Usyk, vigente campeón mundial y oro olímpico en Londres 2012. Otro púgil, Vasyl Lomachenko, ha colgado los guantes y del ring ha pasado directamente al Batallón de Defensa Territorial de Belgorod-Dnetrovsky. Taroslov Amosov, campeón del peso welter de Bellator, comunicó el otro día que trasladaba a su familia a un lugar seguro para regresar inmediatamente a su país para defenderlo con las armas. El tenista Sergiy Stakhovsky, que llegó a estar clasificado en el puesto trigésimo primero del ranking de la ATP y que eliminó a Roger Federer de Wimbledon en 2013, se ha alistado a las reservas militares. Elina Svitolina, número quince del ranking de la WTA, se ha comprometido a donar el dinero de los premios de sus futuros torneos para ayudar a las necesidades militares y humanitarias. El capitán de la selección ucraniana de fútbol, Oleksandr Zinchenko, o el portero del Real Madrid, Andriy Lunin, también se han posicionado a través de sus redes sociales. De un modo más gráfico y quizás menos poético, el futbolista del Fuenlabrada Roman Zozulya, dijo el otro día eso de "ganaremos la guerra, Putin, hijo de puta".

Es trágico porque están muriendo mujeres, niños y hombres inocentes pero, al mismo tiempo, resulta honorable, reconfortante y emocionante esta discusión coral que los deportistas ucranianos mantienen con los dioses para derrocar al diablo. Nos habla de lo que son ellos, unos héroes, y, al mismo tiempo, refleja en el espejo la imagen de lo que somos nosotros, de lo que fuimos, de lo que querríamos ser y de qué estaríamos dispuestos a hacer para defender a nuestra nación, nuestras familias y nuestro modo de vida. En occidente, en eso que denominamos falsamente el Primer Mundo, hacía tiempo que habíamos aparcado nuestra cultura, la que nos hizo fuertes, abandonándonos a la pereza. Fuimos, y aún somos, vagos por naturaleza, pero la invocación colectiva a la heroicidad de un pueblo dispuesto a abandonarlo todo para morir, si ello fuera necesario, por lo suyo, nos ha hecho reaccionar, nos ha reactivado, ha sido como una transfusión de sangre joven y vigorosa que ahora empieza a recorrer lentamente todo nuestro cuerpo haciéndonos recuperar el color de antaño. De las instituciones europeas ha acabado tirando un héroe mundial como Zelenski y, por qué no decirlo, el grito desgarrador de un pueblo que exige justicia y la prolongación de sus deportistas profesionales. A falta de intelectuales, que no están ni se les espera, boxeadores, tenistas, futbolistas y atletas en general han discutido tan alto con los dioses que hasta aquí han llegado sus cuitas haciéndonos ver que Vladimir Putin tiene que perder la guerra que inició, debe perder, va a perder, ha perdido ya, perderá inevitablemente. Y el diablo, tarde o temprano, cejará en sus pretensiones soltando su presa.

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comentarios
1 panyvino, día

Gracias Multivac.

2 wg1945, día

Pole?primera intervención.Saludos

3 rey1952, día

ya?

4 panyvino, día

Gracias Don Daniel.

5 cielitolindo, día

Pole????

6 cielitolindo, día

Parece que seguimos sin poder comentar... Ojalá alguien resuelva ya este problema

7 panyvino, día

Hola señor Rodríguez Herrera.

8 panyvino, día

.

9 cielitolindo, día

Parece que siguen sin publicarse los comentarios

10 panyvino, día

.

11 cielitolindo, día

Ya se podrá escribir???

12 Peano, día

A ver si se puede por fin...

13 Peano, día

hola

14 Peano, día

Un tigre, dos tigres, tres tigres

15 efepe, día

????

16 fire1986, día

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