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Aleix Espargaró, 'Il Capitano'

EFE
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Desde hace unos años tanto en MotoGP como en la Fórmula 1 vivíamos una auténtica revolución protagonizada por los pilotos más jóvenes. La llegada de Leclerc o Verstappen a los coches o la explosión sin precedentes de Marc Márquez hicieron que las parrillas de ambos deportes se rejuveneciesen de manera radical e inevitable. Pero este año hay un piloto que está demostrando que la veteranía es un grado, que la experiencia no está reñida con un pilotaje agresivo y efectivo. Aleix Espargaró un veterano desde hace ya muchas temporadas, está demostrando a sus treinta y dos años que las ganas de ganar, de ser el número uno, no tienen edad y que los sueños no tienen por qué caducar.

No sé qué ocurrirá al final del campeonato, lo normal es que la Yamaha y Fabio Quartararo se terminen imponiendo en el Mundial, pero la lección de pilotaje, de ganas, de trabajo que está derrochando el piloto español son dignos de un campeón.

Assen siempre ha sido la catedral del Motociclismo, y este domingo pese a no ganar, sin duda, Aleix se ha coronado gracias a una remontada de libro que le hace estar más vivo que nunca en el campeonato de pilotos. Lo ha hecho con una moto que hasta esta temporada se consideraba de segunda división, una moto que es parte de Aleix porqué él ha sido el culpable de su evolución y de su rendimiento actual. Qué Aprilia esté luchando por el Mundial, sin titubeos y mirando de frente a las marcas más laureadas de la categoría reina es una hazaña para la marca y para el piloto.

La irregularidad de Ducati y la total ausencia de Honda, sin duda, que también son elementos que contribuyen a que el binomio Aprilia-Espargaró esté funcionando de tal manera que sean los auténticos adversarios del vigente campeón, el francés Fabio Quartararo.

Además, en el caso de que al final el sueño se cumpla y Aleix consiga el título no será el campeón más longevo, los hubo más mayores. En 1985, a los 36 años, el alemán Stefan Dörflingee se convirtió en el piloto más veterano en adjudicarse un título mundial y con la última victoria en España de 1988, a los 39 años, también es el piloto más veterano en ganar un Gran Premio en la historia del Mundial.

En una época en que todo se queda viejo en un abrir y cerrar Aleix es una bocanada de aire fresco para aquellos a los que les han dicho que su tiempo ha pasado, que no existen segundas oportunidades. El éxito de Aleix Espargaró es el éxito al trabajo y la constancia, a la confianza en uno mismo más allá de los cánones actuales de quienes triunfan.

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