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Cómo se fabrica una buena banda sonora

Durante el último año una serie de compositores provenientes de otras esferas musicales han sorprendido con sus incursiones en la música cinematográfica. Y los resultados han sido, en casi todos los casos, de lo más interesantes y poco convencionales.

Por supuesto, esto no es nuevo: no hay más que recordar la labor de Vangelis en Blade Runner para comprobar que la música de cine se mueve y es flexible a la incorporación de otros talentos (y si éstos son de la música electrónica, mejor). Aquí va una muestra de los ejemplos de la última hornada que mencionaba más arriba.

Trent Reznor (Nine Inch Nails) y Atticus Ross fueron premiados con el Oscar La Red Social, en una de las pocas decisiones arriesgadas de la Academia este año.


Nigel Godrich (del grupo Radiohead) para la rareza de Edgar Wright Scott Pilgrim contra el mundo. El compositor ha utilizado sonidos de antiguos videojuegos de ocho bits y mil referencias musicales distintas, que van desde la saga Matrix al cine romántico. Éste el tema del enfrentamiento final contra el personaje de Jason Schartzman:


El dúo francés Daft Punk en Tron: Legacy ha realizado un nuevo hito de la épica electrónica, aunque han contado con la ayuda de compositores cinematográficos como Bruce Broughton.

A. R. Rahman para 127 horas. El compositor hindú, curtido en la locura del cine de Bollywood, repite con Danny Boyle tras ganar el Oscar en Slumdog Millionaire, pero ésta vez tomando de punto de partida el country.


La cabeza de Talking Heads, David Byrne, recuperó el tema de Wall Street (1987) para la banda sonora de Wall Street: el dinero nunca duerme, en la que él y Brian Eno le robaron protagonismo al compositor Graig Armstrong.

Su tema es el que pueden escuchar más abajo.

Eno, por cierto, también fue el responsable de la música para la fallida pero interesante de The Lovely Bones, de Peter Jackson.


John Powell, que en Río se ha lanzado a incorporar percusión brasileña a sus animadas melodías.

No habría habido ningún inconveniente su John Powell hubiese ganado el Oscar por su partitura para Cómo entrenar a tu dragón, que combina ecos de orquesta clásica y tonos 'modernos'

Origen, de Hans Zimmer, uno de los pioneros en la introducción de motivos electrónicos en la música de cine. Zimmer, denostado por un espectro de la crítica por múltiples y variadas razones, está hoy en uno de sus mejores momentos artísticos.

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comentarios
1 Erbilyos, día

Se agradece que le prestes un poco de atención al tema de las bandas sonoras cinematográficas. Yo soy bastante aficionado a la música de cine, y sostengo la opinión de que una buena banda sonora contribuye mucho al éxito de una película, más de lo que la crítica y el común de los espectadores y aficionados suelen creer. En cuanto a la incorporación de artistas del campo de la música electrónica, o más o menos experimental, al terreno cinematográfico, eso ya empezó hace mucho tiempo, incluso antes de Blade Runner. Por ejemplo, Werner Herzog recurrió a Popol Vuh a principios de los años 70 para su película Aguirre. En la década de los 80 llamó la atención la banda sonora de La última tentación de Cristo, a cargo de Peter Gabriel. En épocas más recientes, son notorios los casos de David Holmes (la trilogía de Danny Ocean & Cia), Air (Las vírgenes suicidas), Massive Attack (Danny the Dog). También hubo una época en que músicos procedentes del minimalismo recibieron encargos para el cine, principalmente Philip Glass (Mishima, El agente secreto, Las horas) o Michael Nyman (Gattaca, El vientre del arquitecto). Parece que esa moda ya pasó. También son muy notables las aportaciones de Lisa Gerrard en todas las películas en las que ha colaborado (como El dilema).

2 Juanmagh, día

Muchas gracias Erbylos. A mí me pasa como a usted, siempre ando con el oido puesto a la banda sonora instrumental, y en muchas ocasiones me ayuda a soportar mejor la película, o a entresacar la emoción en algunas que no la tienen.... La de Popol Vuh la conozco, crea un clima raro y onírico, pero nunca la he escuchado por separado de las películas. Me intenté concentrar en un puñado de películas de los últimos meses que coinciden en eso, pero en efecto, tampoco es un nuevo fenómeno. Por cierto, desconocía que David Holmes viniera de fuera de este ámbito: ese estilo retro lo tenía emparentado con Lalo Schifrin, pero era una asociación personal. A Lisa Gerrard la tengo en palmitas... Un saludete