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Sin subvenciones es posible

Por fin, una serie de productores españoles dispuestos a no entonar la cantinela de siempre. Un artículo en El Cultural de El Mundo nos descubría una nueva generación de cineastas que siguen otra estrategia, a contracorriente de la tónica actual. No dependen de las pírricas subvenciones que parecen sostener todo el entramado de la industria (de hecho, no quieren hacerlo), y salen gustosos a buscar financiación fuera de España. Y apuestan por un cine planteado desde el principio como comercial, enfocado al público, porque como bien sabe el fogueado espectador actual, la etiqueta de autoría no es sinónimo de calidad.

La inminente llegada de Buried (Enterrado) del gallego Rodrigo Cortés, que también será estrenada en EEUU con honores de gran producción, y el éxito y el prestigio de filmes como El laberinto del fauno, o títulos de género como Rec, ya han probado el éxito de esta manera de trabajar.

Son nombres como los de Emma Lustres, responsable de Vaca Films y el mayor éxito comercial español del año, Celda 211. Lustres lo expone de forma diáfana en El Cultural. “Los productores españoles, hasta la fecha, se han preocupado mucho más de sus primeros clientes que de los segundos. Los primeros son las administraciones que dan las subvenciones y las cadenas de televisión, obligadas por ley a financiar cine español. Mucha gente se encargaba simplemente de conseguir ese apoyo porque con eso ya financiaban la película y ganaban un dinero al margen de su rendimiento”.

Otro nombre de calado es el de David Matamoros, elegido nada menos que por Lars Von Trier para liderar su productora Zentropa en España. El modelo actual, dice en El Cultural,  ha sido despreciar el entretenimiento en “películas que no han interesado a nadie”. Lustres y Matamoros entienden el marketing y la promoción como herramienta vital para competir en la cartelera, y se alejan de los estrenos minoritarios. Otra opción es participar en producciones con un fuerte componente internacional. Pero también hay otras fórmulas. Juan Romero, por ejemplo, planteó su primera película, Arritmia, como un conglomerado con dinero procedente de Japón, Reino Unido y España, lo que genera un producto capaz de ser vendido en varios países antes de filmar un solo plano.

Fernando Bovaira, responsable de Mod Producciones, tiene en su currículum películas como Ágora, Los otros, Mortadelo y Filemón, y se encuentra a punto de lanzar Biutiful, la nueva película de Iñárritu. Bovaira es el pionero y el espejo donde se miran los anteriores. Y matiza otro de los problemas de las subvenciones: “En este país hemos seguido un modelo en el que se subvencionaba todo y a todo se le daba poco dinero. Se han hecho películas sin ninguna salida comercial”. Y lanza otra bomba, asociada a la anterior: “El problema es que se ha hecho muchísimo cine de autor por parte de gente que no tiene el talento suficiente. No estoy en contra de las películas personales, pero hay pocos cineastas que puedan hacerlo bien”.

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comentarios
1 catlo, día

Desde luego, sería un cine mucho más ambicioso y mucho más barato para los españoles, porque ese sí generaría una industria.

2 RPA, día

El cine español es propaganda del Gobierno, y ya sabemos que la publicidad es muy cara.

3 0aladin0, día

No, no es posible un cine español sin subvenciones. Para que fuera posible debiera haber mejores actores que hicieran más creibles las historias y mejores historias, sin sesgos políticos, que engancharan al público. Sin los parabienes "zapateriles sindescargas" la mayor parte del elenco español tendría que trabajar en la construcción, si quisiera comer.

4 Erbilyos, día

Desde luego, sería una mejora, pero la gente del cine español sigue siendo una secta progre, con todos sus mantras, clichés y lugares comunes a cuestas. Con subvenciones o sin ellas, seguirán haciendo propaganda progre disfrazada de entretenimiento. Todavía me acuerdo de las risas que me eché con El laberinto del fauno, en la que los pistoleros estalinistas del maquis eran presentados como héroes. Valientes, no dudo que fueran, pero también lo eran los hombres de las Waffen SS y a nadie se le ocurre presentarlos como héroes. Con respecto a Ágora y su intento de caracterizar a Hipatia de Alejandría como una mártir del laicismo ateo, hay que decir Amenábar fue muy listo y oportunista, trasladando a la Antigüedad esquemas ideológicos actuales.

5 jorgegvr, día

¿Acaso estaban subvencionadas las pelis de los años 60-70?. ¿Vivían de las subvenciones Paco M. Soria, Pajares y otros en aquella época?. ¿Qué ha sido de aquellos productores que financiaban con su dinero y patrimonio aquellas películas, donde la norma era pasárselo bien soltando carcajadas?. Sinceramente, y salvo contadas producciones, el resto de cine español es auténtica mierda.