Dicen del circuito de Silverstone que es uno de los trazados más técnicos y más complicados. Doble mérito entonces para el mallorquín Jorge Lorenzo, que dio en tierras británicas una auténtica exhibición de cómo se debe plantear una carrera y, sobre todo, de cómo debe ganarse un gran premio. Doble mérito también para Pol Espargaró y Viñales, que hicieron lo propio al ganar en las categorías de Moto2 y Moto3, respesctivamente. Todavía queda mucho campeonato, más de la mitad, pero curva a curva los nuestros empiezan a mostrar su jugada y por el momento la mano está llena de ases. Lorenzo se posiciona cómodamente en el liderato de la categoría reina, Marc Márquez hace lo propio en Moto2 gracias a su segundo puesto, mientras que el de Roses le ha arrebatado al alemán Cortese la primera plaza de la clasificación general de Moto3. ¿Se puede pedir más?

La mañana comenzaba con la carrera de Moto2, con Scott Redding queriendo hacerlo bien delante de los suyos, pero por el medio había muchos más intereses creados. Por ejemplo, los de Pol Espargaró, que tras la caída en Montmeló salió en Silverstone como alma que lleva el diablo para intentar recuperar los puntos que se quedaron en la puzolana del trazado catalán. Márquez que tenía peor ritmo que el de Granollers, pero podía dejar irse a su rival directo este año, junto a Luthi, y necesitaba tirar de pundonor para demostrar quién es el líder de la parrilla... y lo hizo, sólo unos segundos separaron al de Granollers de Márquez.

La tarde terminó como empezó, con los españoles ganando. Qué decir de Maverick Viñales. Parece que él sí que se ha tomado muy enserio el dicho de "no hay dos sin tres". Nueva victoria del catalán que le ha valido arrebatarle a Sandro Cortese el liderato, lo ha hecho demostrando que es el más rápido en pista, lo fue el sábado y también el domingo. Junto a él un piloto que parece que se está habituando a estar entre los mejores: Luis Salom ha vuelto al podio y cada día se acerca más a lo más alto del cajón, un lugar que le espera y al que seguro llegará si sigue haciéndolo tan bien como hasta ahora.

Pero el carrerón del Gran Premio de Gran Bretaña lo firmó Jorge Lorenzo. Salió sin prisas tanteando el terreno, haciéndose con un asfalto demasiado frío y demasiado peligroso. Sin prisas, sí, pero también sin pausa. Cuando el de Mallorca creyó que sus gomas y él estaban preparados, emprendió su viaje hacia el liderato de la carrera. Llegó hasta Stoner, que se creyó que podría recuperar el terreno perdido en Cataluña. Pero el australiano se equivocó, pues no se puede descartar a un piloto como Lorenzo, cada día más racional pero con la garra que necesita un piloto para dar gas en el momento necesario. Y ese momento llegó cuando, y pese a los esfuerzos de Stoner por defender la primera posición, Lorenzo forzó la máquina del de Honda, lo pasó y se fue. Podríamos apuntillar, "... y colorín colorado este cuento se ha acabado".

Para nada, pues queda mucha competición y hubo más carrera. Como por ejemplo la de Álvaro Bautista, que si bien no pudo cerrar un fin de semana perfecto subiendo al podio tras la pole lograda el sábado, al menos supo mantenerse entre los mejores y estuvo muy cerca del tercer peldaño del cajón, que finalmente fue para un Dani Pedrosa como muchas dudas y muchos problemas con su moto. El de Castellar del Vallés ha estado todo el fin de semana peleándose con el nuevo neumático delantero, montado sobre una carcasa más estrecha con la que Dani no se siente seguro. Dice el español que es como si la goma estuviera pinchada y la falta de tacto con el neumático es de lo peor que le puede pasar a un piloto. En definitiva, los fantasmas siguen acechando a Dani y el campeonato se aleja. O cambia de actitud o el Mundial tiene un nombre: Jorge Lorenzo.