En el corazón del país, a primera hora de la mañana y con mochilas-bomba. ETA ha vuelto a hacer lo único que sabe y ha mostrado a quien quiera verlo de lo que está dispuesta para pisar fuerte en la negociación que se avecina con el Gobierno. El presidente Zapatero esta vez no se ha demorado en condenar el atentado y ha dicho, textualmente que el objetivo de su Gobierno es "combatir el terrorismo y acabar con el terrorismo (sic)". Curiosa declaración de intenciones de un político que no ha hecho nada por evitar que el brazo político de la banda se siente en el Parlamento vasco, y que ha mirado a otra parte cuando miembros de su partido se reunieron con Otegui en un caserío de Elgoibar.

Para esa banda de criminales la palabra diálogo sólo tiene una acepción: yo mando y tu obedeces. El Gobierno debería ir tomando nota y despertándose de un fantasioso sueño que bien puede terminar en sangrienta pesadilla para todos. Y eso ya no tendrá arreglo.