Lo que exigen como obligado para los españoles, lo consideran en cambio prescindible para los manteros africanos. Pero los racistas son quienes piden que la ley sea igual para todos.
Ahora que han decidido cerrar la puerta a quienes consideren odiosos, como ha sucedido en la universidad, ese concepto irá ampliándose hasta alcanzar a la derecha convencional.