¿Qué haremos en Miami? Quiero decir, aparte de tocar y la sesión como discjockeys. No nos gusta el sol, la playa nos da igual, la vida nocturna típica nos espanta… no hay problema, hay un ladoornamental excesivo que seguro nos cautivará. Ya sabes, “Más es más”.

Pasear por Southbeach y lo que llaman el distrito Art-Deco de Miami es una gozada.

La última vez que visité la ciudad todavía no había sido rehabilitada y estos edificios se caían sin remedio. Ahora están cuidadísimos y forman parte del ineludible patrimonio turístico.

Por otro lado, es la zona de bares, pero sospecho que a ti y a mí nos va a gustar más el continente (los edificios) que el contenido (el ambiente).

De todas formas, para tu pasión por el exceso hay otras obras maestras, defenestradas por los popes del supuesto buen gusto minimalista : el Hotel Fontainebleu, el Hotel Biltmore y el Vizcaya Museum. Tenemos que buscar algún libro sobre la obra del arquitecto Morris Lapidus, creador en los años 50 de un estilo, ¿cómo te diría?, entre el Hollywood Regency y el Miami Vice de la era Versace.

Por otro lado, tener el hotel en Coconut Grove está bien, al lado tenemos una zona comercial
que se llama Coco Walk, un nombre bastante Nancy, por cierto.

Habrá que buscar algún rastrillo. ¿Te acuerdas del que visitamos en Chicago junto al aeropuerto? ¡Era tan grande que no pudimos verlo todo!

Lo que no te voy a obligar a hacer es acompañarme a nadar con delfines. Una vez más me debato entre la satisfacción de vivir esa experiencia y la mala conciencia con los delfines en cautividad. Nada, que no hay manera…

Te comunico que una de nuestras chicas favoritas sobre la tierra (bueno, esta me gusta más a mí que a ti), Kate Von D, ya no tatúa en el estudio de Miami Ink. Ha montado su propio estudio en Los Ángeles. Así que yo no voy a tatuarme, quiero que me lo haga ella. Otra cosa es lo que decidáis tú y Nancy Travesti. Recuerdo que a Nancy Travesti le gustaba mucho el tatuador jefe, así que a lo mejor se anima.

Y por supuesto, buscaremos algún lugar para disfrutar con la comida cubana. Pero por favor,
que no sea el típico sitio moderno. Busquemos algo casero y cutre por la Calle 8 y brindemos con daiquirís… aunque estoy segura de que no serán tan exquisitos como los que prepara Pepe en Madrid en el restaurante Zara.