Permítanme que les lea algunos artículos legales:

Artículo 50.2 de la Carta Olímpica: "No se permitirá ningún tipo de manifestación ni propaganda política, religiosa o racial en ningún emplazamiento, instalación u otro lugar que se considere parte de los emplazamientos olímpicos".

Artículo 14.7 del Reglamento Disciplinario de la UEFA: "Se prohibe [en los estadios] toda forma de propaganda ideológica, política o religiosa".

Artículo 3.2.c de la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte: "Corresponde, en particular, a las personas organizadoras de competiciones y espectáculos deportivos… garantizar que los espectáculos que organicen no sean utilizados para difundir o transmitir mensajes o simbología que, pese a ser ajenas al deporte, puedan incidir, negativamente, en el desarrollo de las competiciones."

Artículo 7.1.c de la misma ley: "Es condición de permanencia de las personas espectadoras en el recinto deportivo...no exhibir pancartas, banderas, símbolos u otras señales que inciten a la violencia o al terrorismo o que incluyan mensajes de carácter racista, xenófobo o intolerante."

Artículo 61.b.6º del Reglamento de prevención de la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte: "El Coordinador de Seguridad en cada club [deberá] obligar a los responsables del recinto a la retirada inmediata de pancartas y símbolos que inciten a la violencia, el racismo, la xenofobia o la intolerancia exhibidos por los espectadores o asistentes."

Artículo 15.1 del Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol: "Cuando con ocasión de un partido...se exhiban símbolos o se profieran cánticos o insultos violentos, racistas, xenófobos o intolerantes...incurrirá en responsabilidad el club organizador del mismo."

Artículo 69.1.b de la misma norma: "Se entiende por actos o conductas violentas o que incitan a la violencia en el fútbol...la exhibición en las instalaciones deportivas de pancartas, símbolos, emblemas o leyendas que inciten o fomenten los comportamientos violentos, racistas, xenófobos e intolerantes."

Queda claro, por los artículos anteriores, que la reglamentación deportiva se orienta en todo el mundo, y también en España, a asegurar el papel del deporte como medio para fomentar la tolerancia, no para propagar la intolerancia. Por eso la Carta Olímpica prohíbe mezclar deporte con reivindicaciones políticas, habiéndose desposeído a algunos atletas de sus medallas por incumplir este norma. Por eso la UEFA prohibe las banderas con la cara de William Wallace, el héroe nacional escocés, en los partidos del Celtic y ha sancionado ya en otras ocasiones al Barcelona por la exhibición de esteladas en sus encuentros, lo que ha hecho que los aficionados blaugranas dejen de exhibir esteladas en partidos de la UEFA. Y por eso las leyes españolas prohíben la simbología que fomente los comportamientos intolerantes o resulte ofensiva.

La estelada, que no es la bandera catalana, representa cosas muy concretas: fue la bandera utilizada por una organización terrorista, Terra Lliure, responsable de 200 atentados, 5 asesinatos y decenas de heridos; representa unas opciones políticas muy concretas, que llevan años fomentando la división y la intolerancia entre los catalanes; y representa la vulneración sistemática de derechos individuales por parte de quienes supeditan en Cataluña las personas a los designios políticos.

Es completamente inaceptable que las esteladas, prohibidas por la UEFA, vayan a ser usadas en la final de la Copa del Rey. La estelada no solo es un símbolo de intolerancia, que debería ser prohibido con carácter general y no solo en los estadios, sino que resulta profundamente ofensiva para muchos españoles, que tienen derecho a que los intolerantes no les amarguen con su mierda política los eventos deportivos, y que tienen también derecho a que el gobierno de la Nación les proteja de ese tipo de agresiones.

Y quizá sea esto lo más lamentable: que el gobierno de Mariano Rajoy se lava una vez más las manos a la hora de impedir que los españoles seamos humillados, agredidos y molestados por los mismos de siempre.