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México 1970

La novena Copa del Mundo, con la consagración de Brasil, se transformó en el mayor espectáculo de la televisión. Por pedido de las principales cadenas, algunos partidos comenzaron a las doce del mediodía, decisión que no fue bien recibida por los jugadores y técnicos, dado el intenso calor que se sufre en México a esa hora. No hubo violencia en todo el torneo, lo que causó alivio después de la que se había vivido en los dos torneos anteriores. Esta Copa del Mundo pasó sin registrar a un solo jugador expulsado, igualando el récord de 1950. Por primera vez los jugadores suplentes estuvieron en el campo de juego y se utilizaron las tarjetas roja y amarilla. Pelé retornó después de haber prometido que no iba a participar en otro mundial y Brasil ganó otra vez la Copa Jules Rimet con un equipo casi perfecto que incluía a Clodoaldo, Gerson, Rivelino, Tostao, Jairzinho, y Carlos Alberto.

La Copa Jules Rimet, nombrada de esa manera en honor al creador de la Copa del mundo y presidente de la FIFA, se transformó en propiedad de Brasil por tercera vez en 20 años. Más tarde, la "diosa dorada" fue robada en las tierras de Pelé y el trofeo nunca mas fue visto, pero la CBF (Confederación Brasileña de Fútbol) fabricó una réplica para poder tenerla en sus vitrinas. 1970 fue el año en que se vieron por primera vez las tarjetas amarillas y rojas: sin embargo, el primer jugador expulsado con una tarjeta roja fue el chileno Carlos Caszely, cuatro años más tarde, en 1974. Esto fue 34 años después de la primera expulsión de todas, "distinción" que posee Galindo, jugador de Perú. Hay mas de media docena de jugadores que vieron la tarjeta amarilla en los primeros cinco minutos del encuentro, pero el mayor récord lo mantiene a día de hoy el uruguayo José Batista, que fue expulsado al primer minuto de juego, el 13 de Junio de 1986. En la final en el estadio Azteca de México, Brasil barrió a Italia con un memorable 4-1, transformando a Jairzinho en el único jugador que conquistó al menos un gol en todos los partidos.

Antes, Italia había vencido a Alemania Occidental por 4-3 en un partido emocionante, el único que tuvo cinco goles en el tiempo extra. Hubo tres grandes ganadores en la Copa del Mundo de 1970: los brasileños, junto con su rey Pelé -que salieron victoriosos por tercera vez después de 1958 y 1962-, el fútbol en sí mismo y la gran cantidad de individualidades que se convirtieron en leyendas de este deporte. Aquellos que no estaban satisfechos con el nivel que se había visto en 1966 no tuvieron nada que decir cuatro años más tarde en México, donde la habilidad y destreza de los jugadores brillaron en todo su esplendor. Hubo tres partidos históricos: Inglaterra-Brasil, Inglaterra-Alemania Occidental y la sensacional semifinal entre Italia y Alemania Occidental. Nadie va a olvidar, tampoco, el glorioso intento de Pelé de convertirle un gol al arquero checo Viktor desde cincuenta metros.

El equipo más espectacular del torneo fue, lógicamente, Brasil, con su inolvidable delantera conformada por Jairzinho, Tostao, Pelé y Rivelino. En esta novena edición de la Copa del Mundo el número de naciones participantes fue nuevamente un récord, con 75 equipos entrando a la ronda de clasificación. Muchos de los que traían mayor experiencia no lograron pasar esa primera instancia, incluyendo a Portugal, Hungría, Francia, España y la propia Argentina. Por su parte, debutaron Israel y Marruecos, que fue la primera delegación en representar a la Confederación Africana y se convirtió en una de las atracciones de la primera ronda junto con Perú. El capítulo heroico lo representó el alemán Franz Beckenbauer, que permaneció en el campo de juego con un hombro dislocado. Sin embargo, su acto de grandeza no alcanzó para que su equipo lograse vencer a Italia, que lo superó 4-3 en un histórico desenlace. Pero la "squadra azzurra", luego, no pudo parar la furia del equipo "auriverde", que la apabulló con un categórico 4-1 en el partido final. Carlos Alberto, el capitán carioca, recibió el trofeo Jules Rimet y Pelé, con lágrimas en los ojos, fue llevado en hombros por sus compañeros de equipo. No sólo había sido su tercer trofeo mundial, sino también su última participación en una copa del mundo.