¿Qué es Ecuador? ¿Sólo una línea recta que divide al mundo o un bello país de bananos, petróleo, selva y esmeraldas? Las dos cosas, y también un equipo de fútbol que asombró al continente sudamericano al clasificar a un Mundial por primera vez en su historia. Ni el más entusiasta habitante ecuatoriano habría pensado que su selección llegaría hasta Corea-Japón 2002. La modestia de los nombres seleccionados, la desconfianza en el técnico colombiano Hernán Darío Gómez y un pasado lleno de ilusiones rotas daban poco margen a la esperanza.

Sobre "Bolillo" Gómez pesa una presión bastante fuerte de parte de la prensa y la hinchada local, a quienes les cambió el paladar futbolístico luego de los buenos partidos realizados en las eliminatorias. Sin embargo, el entrenador ha llamado en reiteradas oportunidades a no hacerse ilusiones con el equipo pues, a su juicio, "el Mundial es otra cosa, iremos a aprender".

Los ecuatorianos cuentan con tres figuras de especial cuidado para los rivales: el volante y capitán Alex Aguinaga (Necaxa), y los delanteros Agustín Delgado (Southampton) -goleador de las eliminatorias junto al argentino Hernán Crespo- e Iván Kaviedes (Barcelona de Ecuador). El trío es respetable y, en óptimo estado, puede dar bastante que hablar en la cita mundialista. Sin embargo, al interior del equipo sudamericano existe especial preocupación en torno a la recuperación y puesta a punto, tanto física como futbolísticamente, de su máximo artillero, Agustín Delgado, quien fue intervenido por una severa molestia en los meniscos de su pierna derecha.