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Para Corea del Sur, el Mundial 2002, que organiza con Japón, representará una ocasión de oro para superar por fin una primera vuelta de fase final de Copa del Mundo, algo que nunca ha logrado en sus cinco participaciones precedentes.
Después de una primera participación para el olvido en 1954 --tal era la diferencia entonces entre el fútbol asiático y el de su homólogo europeo (2 partidos, 2 derrotas, 0 goles a favor, 16 en contra)--, los sudcoreanos atravesaron un largo túnel de 32 años antes de regresar al Mundial, en 1986. Siempre se han clasificado desde entonces.
Ante su público los sudcoreanos están obligados a hacer un buen papel a pesar de la enorme presión que pesará sobre sus espaldas. Su primer objetivo: ganar un partido en la fase final de un Mundial, algo nunca logrado en 14 encuentros. El segundo, lograr salir vivo del grupo D, en el que también están Polonia, Estados Unidos y Portugal.
La tarea del seleccionador Guus Hiddink es especialmente difícil. Como no cuentan con un jefe de verdad en el centro del campo, Corea del Sur parece haber ido hacia atrás con respecto al Mundial francés. Mejor equipo de Asia de las dos últimas décadas, da ahora menos miedo que Japón, su vecino y rival tradicional.
Hiddink articulará su equipo en tono a algunos valores seguros, como el inagotable defensor central Hong Myung-bo (más de 120 selecciones), el mediocampista del Perugia Ahn Jung-hwan y el joven y prometedor delantero del Anderlecht Seol Ki-hyun.
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