Readmitida en la FIFA en 1992, al terminar el "apartheid", Sudáfrica rápidamente se destacó en el fútbol africano. Luego de su primera aparición en un Mundial, en Francia-98, vuelve a la cita mayor para mostrar sus progresos a pesar de algunos baches.

Según el recientemente designado seleccionador Jomo Sono, superar a Paraguay, Eslovenia y España en el grupo B y pasar a la siguiente ronda es posible.

La clasificación fue obra del portugués Carlos Queiroz, que condujo a Sudáfrica al Mundial con cinco victorias y un empate.

La tarea de los sudafricanos en la eliminatoria se vio facilitada por la descalificación de su principal rival, Guinea, como consecuencia de la injerencia gubernamental en los asuntos de la Federación nacional de fútbol.

Considerada en ese momento la número dos en Africa, Sudáfrica ganó la Copa de Africa de Naciones en 1996, competición en la que fue finalista dos años más tarde. Este año cayó en cuartos de final frente al anfitrión, Mali y fue el adiós para Queiroz.

Los amistosos premundialistas nada bueno presagian: sendos empates sin goles con Ecuador y Botsuana, y una paliza por parte de Georgia (4-1).

Cuenta con un jugador estrella, Shaun Bartlett (Charlton inglés), el mejor goleador sudafricano de todas las épocas. En el ataque, Benedict "Benni" McCarthy, cedido al Oporto por el Celta, es su perfecto compañero.

Pierre Issa, de origen francés y ex jugador del Olympique de Marsella, es la clave de la defensa. El mediocampista de Manchester United de Inglaterra, Quinton Fortune, debería darle un toque de vivacidad al ataque sudafricano.

Punto oscuro de los "Bafana Bafana": sólo han logrado, en 14 partidos disputados, derrotar a un equipo europeo... Malta.