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Turquía se clasificó para el primer Mundial asiático de la historia, que disputará 48 años después de su primera participación, en Suiza 1954.
Después de una Eurocopa de Naciones 2000 bastante bien controlada, los turcos abordan la competición universal con entusiasmo y sin complejos.
Desde 1996, Turquía se ha clasificado para tres de los cuatro eventos mayores de su calendario: las Eurocopas 1996 y 2000, y el Mundial 2002. Una regularidad que confirma los progresos de su fútbol.
La selección turca se benefició con el "exilio" de sus mejores jugadores a Europa, donde acopiaron experiencia en diferentes estilos. Se benefició igualmente con los buenos resultados de los clubes más importantes del país en las diferentes Copas de Europa.
A fuerza de frecuentar el más alto nivel, ya sea en club o en selección, los mejores futbolistas turcos lograron componer un conjunto homogéneo, ocasionando enormes problemas a sus adversarios.
Senol Günes, que tomó las riendas de manos de Mustafa Denizli luego de la Eurocopa-2000, conservó la mayoría del efectivo. Los "pilares" están siempre presentes: del portero Rüstü al goleador Hakan Sükür, pasando además por Alpay, Tugay, Okan Buruk y Arif. Algunos jóvenes se agregaron para aportar un poco de sangre nueva, como Yildiray Bastürk, un atacante de valor.
Los turcos efectuaron una buena ronda clasificatoria. Incluso tendrían que haber terminado primeros del grupo, y evitar la repesca contra Austria (1-0, 5-0), ya que dejaron el liderazgo de la llave únicamente en el penúltimo encuentro, perdiendo como locales contra Suecia (1-2).
Los aficionados, en las tribunas, le pedían a Günes que el equipo practicara un juego menos pusilánime, pero el entrenador prefirió la prudencia, con jugadores aptos para el contrataque, más la eficacia del artillero Hakan Sükür.
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