La selección argentina de fútbol llega al Mundial como una de las máximas favoritas, gracias a su oficio, solidez, personalidad, y muchas individualidades que funcionan como un equipo consolidado.

El grupo F, que los albicelestes comparten con Inglaterra, Nigeria y Suecia, será un duro escollo para superar la primera ronda, pero la ilusión de consagrarse por tercera vez campeón del mundo, después de los títulos logrados en 1978 y 1986, para dar una alegría a un país que pasa un momento delicado, puede servir de motivación suplementaria.

La mejor tarjeta de presentación del equipo de Marcelo Bielsa fue su recorrido en las eliminatorias sudamericanas, en las que se clasificó con cuatro fechas de anticipación.

La selección argentina tiene muchas figuras, aunque no existe un jugador que marque diferencias como en 1986 con Diego Maradona, ya que su fuerza está en la conjunción de la calidad entre todos sus hombres.

El de Bielsa resulta ser un equipo consolidado que equilibra el talento del potrero (campito) rioplatense y el profesionalismo del fútbol europeo, donde militan la mayoría de los jugadores que serán convocados.

Las dudas del seleccionador para definir la lista definitiva de jugadores, tienen más que ver con el exceso que con la escasez.

Entre los indiscutidos, encabeza la lista el volante Juan Sebastián Verón (Manchester United, Inglaterra), el conductor del equipo, así como Diego Simeone y Gabriel Batistuta, figuras consagradas de la selección. Otros infaltables son Walter Samuel, Roberto Ayala, Juan Pablo Sorín y Hernán Crespo.

No le van a la zaga en calidad hombres como Germán Burgos, Pablo Cavallero, Mauricio Pocchetino, Javier Zanetti, Matías Almeyda, Marcelo Gallardo, Santiago Solari, Pablo Aimar, Diego Placente, Ariel Ortega, Claudio López, Cristian González y Claudio Canniggia.

Argentina tiene suficientes razones para pensar que puede ganar el título.