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Camacho

La mayor parte de los entrenadores llegan a lo más alto en los banquillos tras exitosas temporadas con sus clubes, ganando campeonatos y, por lo común, consiguiendo experiencia en el extranjero. Sin embargo, el seleccionador español, José Antonio Camacho, se ha encumbrado a la cima de su profesión sin haber conquistado ningún trofeo. El currículum de Camacho como jugador es mucho más brillante que el que presenta como técnico. Uno de los pilares defensivos del irrepetible equipo de la "Quinta del Buitre", participó en 415 partidos en la zaga del Real Madrid durante 1973 y 1989. En esos años con el equipo "merengue", obtuvo 9 títulos de liga, 3 de copa, una Supercopa de España y 2 Copas de la UEFA.

Camacho es el tercer futbolista español con más partidos en la selección, con la suma de 81 encuentros, incluidas las Copas Mundiales de la FIFA de 1982 y 1986. También llegó a la final de la Eurocopa 84, disputada en Francia. No obstante, sus éxitos como entrenador no han sido tan sonados. Después de ascender al Rayo Vallecano a Primera División en su primera temporada en el club, se marchó a Barcelona e hizo lo mismo con el Espanyol. El técnico murciano abogó por un estilo de juego trepidante, en la mejor tradición del fútbol español, y llevó al club a clasificarse cuarto en la liga, puesto que daba acceso a la Copa de la UEFA. Luego tuvo un fugaz paso por el Sevilla, tras el que se hizo realidad su sueño de volver a su amado Real Madrid. Allí pasaría por la situación más extraña de su carrera: abandonó el cargo a los 22 días sin disputar ni un solo partido a causa de diferencias con el club. El fornido entrenador volvió al Espanyol, pero no fue capaz de recrear el mismo juego dinámico de antaño, y el equipo acabó en la parte media de la tabla.

Tras la polémica que provocó la marcha de Javier Clemente, España buscó un técnico de ética intachable. Lejos de suscitar el rechazo de la Federación Española (RFEF), el inquebrantable orgullo y la franqueza de Camacho, así como su fervor patriótico y su popularidad, hicieron de él la opción ideal. Se ignoraron su currículum aún relativamente corto en los banquillos y sus antecedentes de abandonar equipos antes de finalizar su contrato y se le dio el encargo de clasificar a España para la Eurocopa 2000 y Corea/Japón 2002. El nuevo estilo de juego de España hizo que Camacho se ganase a la afición, y ha demostrado que ve más allá del Real Madrid y del Barcelona a la hora de elaborar la base de sus convocatorias.

Un penalti en el último minuto fallado por Raúl en cuartos de final de la Eurocopa 2000 impidió que España pudiese llegar más lejos. Pero, a pesar de ese tropiezo, Camacho ha dirigido dos fases de clasificación impecables. En la última, España finalizó invicta, con 6 victorias y 2 empates. Con todo, su fama de hombre duro le ha traído más de un inconveniente con la prensa de su país. Es evidente que la falta de seriedad molesta al técnico español, y la presión añadida que supone la Copa Mundial de la FIFA podría suponer un serio problema tanto para el entrenador como para el equipo.

En cuanto a las posibilidades de España en Corea y Japón, Camacho fue muy claro: "Siempre se dice que somos candidatos y nunca ganamos nada. Los jugadores que vengan deberán convencerse de que debemos jugar para ganar el título", manifestó. Y no es para menos, si se tiene en cuenta que utilizará futbolistas de la talla de Raúl, Fernando Hierro y Diego Tristán, entre otros. La afición, la prensa y sus colegas ansían ver el trofeo en casa el próximo mes de julio.