A pesar de que Croacia y México fueron dos de las grandes sorpresas que deparó la Copa Mundial de Francia 1998, ambas han ido a parar directamente al mismo "saco de las incógnitas" en la competición de este año. Cuando el seleccionador mexicano, Javier Aguirre, supo que el azar había emparejado a su equipo con Croacia, una selección que se ha visto sometida a una remodelación total desde el campeonato de Francia, demostró que había hecho bien los deberes y declaró sin un ápice de duda: "He estado observando a Croacia y, tal como la veo actualmente, no me preocupa en absoluto. Sus hombres están bien organizados, pero les cuesta mucho resolver las jugadas".

México, asidua participante en las fases finales de la Copa Mundial de la FIFA, cumplirá este año en Asia su decimotercera aparición en el campeonato. Los mejores resultados del país se produjeron en 1970 y en 1986, cuando, como nación anfitriona, llegó hasta cuartos de final. El equipo está sacando provecho de la intensa preparación a la que se ha sometido en su intento por conseguir el objetivo, claramente programado y anunciado, de pasar a la segunda fase. Los jugadores convocados han tenido que conseguir la libertad de sus respectivos clubes más de un mes antes del comienzo del Mundial de 2002.

Bajo la dirección de Aguirre, México ha vuelto a descubrir la competitividad y la eficacia que brillaban por su ausencia en los últimos años. La selección va a necesitar hasta la última gota de esas renovadas cualidades si desea despachar con éxito a los croatas.