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Ronaldo resucita en Yokohama, "entierra" a Kahn y da a Brasil su quinta corona mundial (0-2)

Brasil, en su tercera final consecutiva de un mundial, se ha proclamado campeón del mundo por quinta vez al vencer a Alemania (0-2) en la final, disputada en Yokohama. Ronaldo, con dos tantos en el partido y ocho en el torneo, ha sido el artífice de la victoria canarinha. Los dos equipos apostaron por el ataque para ofrecer un gran partido de fútbol. El campeonato de Corea y Japón cede ahora el testigo a Alemania 2006.

L D (Guillermo Domínguez) En dos jugadas en la que ha tenido como socio a Rivaldo, Ronaldo Nazario de Lima, El Fenómeno, se ha convertido en el héroe de la noche brasileña de Yokohama y su rostro en la postal eterna de la victoria. En el Mundial de Corea y Japón, la selección de Luiz Felipe Scolari ha ganado los siete partidos que ha jugado y ha ofrecido una cuota de belleza futbolística y de contundencia ofensiva que salva al campeonato de la oscuridad y de los arbitrajes escandalosos. La gloria brasileña tiene esta vez doble mérito, porque ha vencido nada menos que a Alemania, un equipo que había llegado a la final con la mejor defensa y que en el encuentro decisivo se creció para convertirse en un rival digno, ambicioso y noble.

El conjunto de Rudi Voeller, quien no ha podido repetir título mundial como técnico, sorprendió con una disposición táctica infinitamente más ofensiva que en partidos anteriores y, al aprovechar la lentitud de los medios brasileños, se hizo con el balón cada vez que lo disputó en la zona central del campo. Desde muy temprano y en varias ocasiones, alteró el sistema defensivo del equipo suramericano. Hamann, Jeremies, Frings y especialmente Schneider descompensaron a Brasil, tarea que completaron cerca de los dominios del portero Marcos los puntas Neuville y Klose con entradas permanentes al área, aunque este último se distrajo en un duelo personal con Edmilson como consecuencia del cual le sancionaron con una amarilla nada más comenzar el choque. Pese a su planteamiento ofensivo, los alemanes no tuvieron en la primera parte un sólo mano a mano con Marcos y llenaron de centros el área brasileña con la intención de hacer valer la estatura de la mayoría de sus jugadores, pero la defensa del conjunto que dirige Felipao Scolari respondió con firmeza.

Brasil tardó en acomodarse y en los primeros veinte minutos de sólo una genialidad de Ronaldinho, que puso a Ronaldo en posición de gol, llevó peligro hasta la portería alemana, pero el jugador del Inter de Milán remató desviado cuando estaba solo frente a Kahn. La segunda aparición de Ronaldo -también impulsado por Ronaldinho- frente al portero germano se produjo a los 29 minutos, cuando el meta del Bayern de Munich tapó el disparo en el momento en el que Linke molestó al delantero brasileño con un manotazo en el pecho. Los canarinhos comenzaban a visitar con mayor frecuencia a Kahn, el mejor portero del Mundial. La propuesta ofensiva de Alemania y los intentos de Brasil -la mayoría infructuosos- mantuvieron el partido en un alto grado de interés y vibración hasta que los germanos levantaron el pie del acelerador y trataron de enfriar el juego con intrascendentes pases laterales para impedir que los brasileños tomaran la iniciativa. Kleberson recibió un pase de Rivaldo a los 41 minutos y remató desviado desde una inmejorable posición. El propio Kleberson remató al larguero dos minutos después tras recoger una cesión de lujo de Ronaldinho y sobre el final de la primera parte, Kahn tapó con sus piernas un remate a bocajarro de Ronaldo.

Ya en la segunda mitad -saltaron al estadio Internacional de Yokohama los mismos 22 protagonistas de la contienda-, Marcos tapó magistralmente un tiro libre de Neuville y Kahn un remate de cabeza de Gilberto Silva en los primeros ocho minutos. En esta segunda parte el partido se equilibró definitivamente y ambos equipos se repartieron ocasiones de gol, apuros, aciertos y errores. Tras varios intentos ofensivos alemanes, siempre mal terminados, Ronaldo rompió la igualdad en el marcador a los 22 minutos con una jugada que comenzó él mismo y que terminó con un toque suave a un costado de Kahn. Había robado el balón a Hamman cerca del área, cedió a Rivaldo y se adelantó para esperar un posible rechace en el portero alemán del crudo remate del jugador del Barcelona. Fue así como todo sucedió en décimas de segundos y, efectivamente, Kahn no logró retener el balón tras el zapatazo de Rivaldo y el goleador del torneo tocó, marcó y celebró el tanto.

Once minutos después, a los 78, Kleberson lanzó desde la derecha un centro raso, Rivaldo dejó pasar el balón y Ronaldo, iluminado como en sus mejores tiempos, como el genio que sigue siendo, batió a Kahn con un fuerte tiro que cruzó la línea de sentencia al lado de un palo. Brasil resolvió el partido con sus mejores argumentos ofensivos frente a un gran equipo y se llevó de Asia su quinto título de campeón. Alemania aspiraba a su cuarto entorchado mundial, pero enfrente estaba nada menos que el equipo "campeonísimo" por excelencia. Se acaba este Mundial, el más amañado de la historia por el caciquismo de Joseph Blatter y sus acólitos en la FIFA, pero sin duda los dos contendientes de la final se han encargado de hacer lo que hay que hacer: jugar al fútbol y "pasar" de las polémicas.





¡Enhorabuena, campeones!



Ficha técnica del partido

Alemania, 0: Kahn; Metzelder, Ramelow, Linke; Frings, Schneider, Hamann, Jeremies (m.77, Asamoah), Bode (m.83, Ziege); Neuville y Klose (m.73, Bierhoff)
Brasil, 2: Marcos; Lucio, Roque Junior, Edmilson, Cafú; Gilberto Silva, Roberto Carlos; Kleberson, Ronaldinho (m.84, Juninho); Ronaldo (m.89, Denilson) y Rivaldo

Goles: 0-1, m.67: Ronaldo. 0-2, m.78: Ronaldo
Árbitro: Pierluigi Collina (Italia). Asistentes: Philip Sharp (Inglaterra) y Leif Lindberg (Suecia). Amonestados: Roque Junior (m.5) y Klose (m.8)
Incidencias: Partido de la final del Mundial 2002 disputado en el estadio Internacional de Yokohama ante 69.029 espectadores. El emperador de Japón, Akihito, presidió el encuentro acompañado por su esposa, la emperatriz Michiko, y el presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung. El anfitrión de la FIFA fue su presidente, Joseph Blatter, a quien acompañó su antecesor, Joao Havelange
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