
David Beckham es hoy uno de los mejores futbolistas y de los más populares del mundo. Después de un inicio poco interesante con el Manchester United, Beckham enseguida se hizo un nombre en el fútbol inglés y pronto la luz de su estrella pasó a brillar más intensamente. Beckham empezó a jugar al fútbol en los juveniles del Manchester United. Fue parte de un equipo repleto de futuras estrellas que ganó el título de la Copa Juvenil de la Federación Inglesa de Fútbol en 1992, haciéndose valorar por los directivos del club como la mayor promesa del equipo.
Comenzó a jugar regularmente con el Manchester en 1996, tras la marcha de Andrei Kanchelskis al final de la temporada de 1995. En el primer partido de la temporada del 96, Beckham marcó un gol espectacular desde los 55 metros contra el Wimbledon, que se propagó como la pólvora por los titulares. A partir de ese momento, rememorado con frecuencia, nunca ha tenido que mirar atrás, y sus actuaciones con el Manchester, por norma sobresalientes, le valieron un puesto en la selección nacional inglesa en 1997.
Desde entonces, las habilidades de Beckam han seguido proliferando. Es ampliamente considerado el mejor del mundo en dos categorías: centros y tiros libres. Su lanzamiento contra la portería colombiana en la Copa Mundial de Francia 1998 supuso el pase de Inglaterra a la segunda ronda, mientras que sus centros de tiralíneas han mantenido al Manchester United entre la elite mundial de clubes. Su boda le garantizó un hueco entre los deportistas más conocidos del mundo. En 1997 se casó con Victoria Adams, también conocida como Posh Spice, una de las Spice Girls. Desde entonces, los tabloides ingleses han seguido cada movimiento de la pareja.
Sin embargo, la carrera de Beckham no ha sido precisamente una luna de miel. En 1998, en el partido de la segunda ronda de Inglaterra, contra Argentina, fue expulsado por patear al argentino Diego Simeone. Inglaterra terminaría perdiendo a los penales, y muchos aficionados ingleses le echaron la culpa. Capitán de la selección nacional de Sven Goran Eriksson, Beckham se volvió a ganar a los hinchas ingleses con sus disparos de precisión y sus actuaciones durante la fase de clasificación, coronadas con una paliza por 1-5 sobre Alemania en Munich.