Cualquier delantero que brille de forma continuada en un campeonato tan defensivo como la Serie A italiana, debe ser considerado uno los mejores jugadores del mundo. Francesco Totti ya ha demostrado ser uno de los mejores delanteros de Italia y la Copa Mundial de Corea-Japón 2002 es el trampolín perfecto para poder demostrarlo.

Totti comenzó su carrera profesional a los 16 años, cuando debutó con la Roma en marzo de 1993. Aunque sólo jugó diez partidos las dos temporadas siguientes, atesoró la experiencia necesaria para, en 1995, lograr la titularidad de forma regular. Su ojo para el gol no se centró hasta la temporada 1997-98. Totti marcó trece goles aquel año y demostró al resto del país que ya había llegado.

Totti se desenvuelve perfectamente como centrocampista ofensivo-delantero destructor. Con la selección, es parte del tridente, junto con Christian Vieri y Alessandro del Piero, pero el capitán de la Roma suele situarse entre ambos, donde resulta tan letal como cualquier otro atacante.

Durante la Eurocopa de Bélgica-Holanda de 2000, Totti demostró su valía al resto de Europa. Marcó un gol increíble contra Rumania, marcó un penal crucial contra Holanda y jugó un gran partido en la final contra Francia. Jugo tan bien, que fue nombrado mejor jugador del partido, a pesar de perder por 2-1. La siguiente temporada en la Serie A, Totti fue un jugador vital en la Roma. Con la superestrella argentina Gabriel Batistuta, Totti formó una de las delanteras más poderosas de Italia. La Roma se adjudicó el título de la Serie A, y Totti, su capitán, logró trece goles.