

Los momentos más bochornosos del año de Pedro Sánchez, un presidente cercado por la corrupción
El jefe del Ejecutivo despide 2024 con su mujer, su hermano, su Fiscal General y el que fuera su mano derecha imputados, amén de otros escándalos.

Detienen a Koldo García
El presidente del Gobierno inciaba el año con una debacle electoral en Galicia. Sin embargo, lo peor no serían ni mucho menos sus desastrosos resultados en las urnas. El 20 de febrero, la mano derecha de José Luis Ábalos era detenido por comisiones ilegales en la compra de mascarillas durante la pandemia, despertando todo tipo de sospechas sobre el exministro. Comenzaba así a desentrañarse una red de corrupción que parece no tener fin.

De “caso Koldo” a “caso PSOE”
En cuestión de horas, la investigación comenzó a apuntar a altos cargos del PSOE. Los primeros señalados fueron los expresidentes de Baleares y Canarias, Francina Armengol y Ángel Víctor Torres. Los ministerios de Interior y Sanidad también se vieron salpicados, al igual que el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, el responsable de haber traído a Madrid a Koldo García, el violento portero de discoteca que custodió los avales de Pedro Sánchez y comenzó a medrar en el partido.

La aparición estelar de Begoña Gómez
Antes de terminar el mes de febrero, el nombre de Begoña Gómez ya había aparecido en la trama. Tras las primeras pesquisas, los investigadores descubrieron que la mujer del presidente del Gobierno se había reunido en 2020 con el comisionista Víctor de Aldama y el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, para hablar, supuestamente, de nuevas oportunidades de negocio al mismo tiempo que se gestionaba el rescate de Air Europa. Sería la primera de un sinfín de curiosas coincidencias que, poco a poco, irían dibujando el camino de su imputación.

La oportuna denuncia contra el novio de Ayuso
Justo cuando la sombra de la corrupción empezaba a acorralar a Pedro Sánchez, la Fiscalía de Madrid denunciaba en los juzgados al novio de Ayuso, Alberto González Amador, por la presunta comisión de dos delitos de defraudación tributaria y uno de falsedad en documento mercantil. El Gobierno comenzó entonces una nueva campaña contra la presidenta madrileña. “Me consta que llama a las televisiones pidiendo más madera", llegó a denunciar Ayuso.

La pitonisa Montero
El desenlace de los acontecimientos dejó en el punto de mira a la vicepresidenta María Jesús Montero, quien había adelantado la noticia cuatro horas antes de que eldiario.es diese la exclusiva. A las 17:20 horas, Montero pidió explicaciones a Ayuso escudándose en lo que, según dijo, conocía por los medios de comunicación. Sin embargo, la noticia no se publicó hasta las 21:37, como aún hoy puede comprobarse en su web.

La polémica filtración
La publicación del supuesto fraude solo fue el inicio. Un día después, los medios de izquierdas empezarían a filtrar que el novio de Ayuso ofreció a la Fiscalía llegar a un pacto declarándose culpable de dos delitos para evitar el juicio. El Plural llegó a publicar la carta de su abogado, que también fue utilizada en la Asamblea de Madrid por el entonces líder de los socialistas madrileños, Juan Lobato. Por si fuera poco, la Fiscalía Provincial de Madrid terminó emitiendo un insólito comunicado desvelando datos teóricamente confindenciales, un movimiento orquestado por el propio Álvaro García Ortiz que, a partir de entonces, quedaría sentenciado. El propio texto reconocía, además, que el Ministerio Publico comunicó al novio de Ayuso la denuncia después de que se publicase en la prensa.

Las cartas de recomendación de Begoña Gómez
Mientras tanto, las informaciones sobre Begoña Gómez iban multiplicándose y, a principios de abril, se empezó a abrir una nueva línea de investigación. La mujer del presidente del Gobierno, que había logrado un máster y una cátedra en la Universidad Complutense de Madrid sin tener titulación oficial, elaboró dos cartas de recomendación para Juan Carlos Barrabés —el empresario que le había ayudado a montar su máster—, gracias a las cuales este accedió a jugosas licitaciones públicas.

Primera querella contra la mujer del presidente
Finalmente, el 24 de abril, el Juzgado de Instrucción número 41 de Plaza de Castilla decidió abrir diligencias previas contra Begoña Gómez a fin de investigar sus relaciones tanto con las empresas de Barrabés como con Globalia, quien se acabaría beneficiando también del rescate de Air Europa aprobado por el Gobierno de Pedro Sánchez. La querella presentada por Manos Limpias apuntaba a un posible delito de tráfico de influencias y corrupción en el sector privado. La Fiscalía Provincial de Madrid, dirigida casualmente por Pilar Rodríguez, investigada por la filtración contra el novio de Ayuso, recurría la investigación en tiempo récord.

La reapertura del caso Pegasus
Un día antes, el titular del Juzgado de Instrucción nº 4 de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, también había acordado la reapertura del caso de espionaje con el programa informático Pegasus de los dispositivos móviles de Pedro Sánchez y de los ministros de Defensa, Interior y Agricultura. Aquello terminaría por desatar el nerviosismo de un presidente cercado por los distintos casos corrupción.

El hombre profundamente enamorado
Sánchez sorprendía entonces a propios y extraños amagando con dimitir. Lo hacía a través de una “carta a la ciudadanía” en la que, como “hombre profundamente enamorado", anunciaba cinco días de reflexión para decidir "si merece la pena" seguir siendo presidente. “Los ataques que sufro no son a mi persona, sino a lo que represento: una opción política progresista", decía una y otra vez, tratando de vender como “bulos" todas las investigaciones que se cernían sobre su entorno político y familiar. Se iniciaba así un bochornoso espectáculo alimentado por artistas como Almodóvar, que confesó haber “llorado como un niño" al leer la carta del presidente, y periodistas como Silvia Intxaurrondo, quien lideró un manifiesto contra la libertad de prensa.

"Pedro, quédate"
Para alimentar aún más su relato, el PSOE convocó un Comité Federal que terminó convirtiéndose en un acto de reivindicación y exaltación del matrimonio presidencial, al más puro estilo peronista. Especial protagonismo cobró la enérgica María Jesús Montero, quien salió a la calle fuera de sí a abrazarse con los poco más de 10.000 simpatizantes que se agolparon a las puertas de Ferraz para apoyar al presidente al grito del famoso “Quédate" de Quevedo.

La no dimisión y la matraca de los "bulos"
Después de sus cinco días de reflexión, Pedro Sánchez comparecía desde Moncloa para anunciar que no dimitía: "He decidido seguir con más fuerza si cabe". Lejos de dar ni una sola explicación sobre los negocios de su mujer, el presidente ponía el foco en jueces y medios de comunicación, anunciando una “limpieza" que vendría a consumar lo que, a su juicio, era "una regeneración pendiente". España se convertía así en el hazmereír de la prensa extranjera, que tachaba lo sucedido de “un teatro bochornoso impropio de un presidente". Sin avergonzarse ni lo más mínimo, Sánchez iniciaba así su particular campaña contra los “bulos" y el “fango".

Crisis diplomática con Argentina
En mayo, el Gobierno de Pedro Sánchez abría un conflicto diplomático con Argentina después de que el ministro Óscar Puente sugiriera que Milei consumía drogas. El presidente envió entonces un comunicado denunciando las “injurias y calumnias" del Ejecutivo español y recordando que Pedro Sánchez tenía “problemas más importantes de los que ocuparse, como las acusaciones de corrupción que caen sobre su esposa". Tras negarse a pedir perdón, Milei volvió a llamar “corrupta" a Begoña Gómez y el Gobierno optó entonces por retirar a la embajadora española en Argentina, convirtiendo así un problema personal en un problema de Estado. “Hay que explicarle que él no es España y mucho menos su mujer", apuntó Milei.

Se aprueba la Ley de Amnistía
Entretanto, y a pesar de los contundentes informes del CGPJ y hasta de la Comisión de Venecia, el Gobierno lograba aprobar el 30 de mayo la polémica Ley de Amnistía que Sánchez había prometido a los independentistas. Cuando tiempo después la Fiscalía tuvo que estudiar la aplicación de la amnistía total a los golpistas procesados y condenados por el golpe del 1-O, Álvaro García Ortiz hizo votar hasta a una fiscal que volaba en avión y a otra desde el hospital para no aguar los planes al Gobierno.

De la apropiación indebida al intrusismo profesional
A medida que el Gobierno iba sumando nuevos problemas, las investigaciones en torno a la mujer del presidente seguían su curso y sumaban nuevas acusaciones contra Begoña Gómez: de la apropiación indebida por el polémico software de la Complutense —extremo por el que ya está oficialmente imputada—, al intrusismo profesional que le achacan los ingenieros informáticos por firmar las prescripciones técnicas del mismo.

Imputan al hermano de Pedro Sánchez
Tras meses de investigaciones periodísticas, el 10 de junio, la juez Beatriz Biedma imputaba, además, al hermano de Pedro Sánchez por las sospechas que giran en torno a su polémica contratación como coordinador de los conservatorios de la Diputación de Badajoz (dos, separados por apenas 100 metros). Se le acusa de numerosos delitos contra la Administración Pública, la Hacienda Pública, malversación, prevaricación y tráfico de influencias. Junto a él, se invesiga también al presidente de la Diputación, Miguel Ángel Gallardo, que es, además, secretario general del PSOE de Extremadura. Ambos tendrán que declarar el próximo 9 de enero.

Begoña a la fuga
El 5 de julio, Begoña Gómez estaba llamada a declarar por primera vez ante el juez. Sin embargo, la mujer del presidente logró que se pospusiera su comparecencia, alegando la indefensión que sufría por desconocer todos los hechos de los que se la acusaba. Fue citada el día 19 y, entonces, no solo consiguió librarse de nuevo del ‘paseíllo’, sino que, además, se acogió a su derecho a no declarar.

La revelación de Goyache
Quién sí respondió a las preguntas de Peinado fue el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, que confesó que Begoña Gómez le citó “en el Palacio de la Moncloa para hablar sobre su cátedra". En su declaración como testigo reconoció, además, que dicha cátedra era la única extraordinaria que se impartía en la Universidad. El vicerrector,Juan Carlos Doadrio, aseguró que, después, el propio Goyache le llamó a él para trasladarle el siguiente encargo: "Tienes que hacer una Cátedra para la mujer del presidente del Gobierno".

Sánchez, ante el juez Peinado
Ante el cariz que estaban tomando las investigaciones contra su mujer, el juez Peinado decidió citar a Pedro Sánchez como testigo, lo que desató una feroz campaña contra él por parte del PSOE. “Es una prevaricación de libro", llegaron a decir los socialistas. "No es una causa judicial, es una causa política", afirmaba desde Moncloa la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría. La Fiscalía no dudó en recurrir su citación.También lo hizo la propia Begoña Gómez. Sánchez, por su parte, trató de usar su privilegio de presidente y solicitó sin éxito declarar por escrito. Llegado el día, no solo se negó a declarar, sino que utilizó a la Abogacía del Estado para querellarse contra el juez, algo que posteriormente también haría su esposa.

El borrado de los ERE
Y mientras surgían nuevos casos de corrupción, otros desaparecían... o los hacían desaparecer. El pasado mes de julio, el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, borraba el mayor caso de corrupción de la historia de España tras exonerar a los expresidentes socialistas andaluces José Antonio Griñán y Manuel Chaves del caso de los ERE, una causa en la que se desviaron ilegalmente 680 millones de euros destinados a los parados. Un mes antes, ya había hecho lo mismo con Magdalena Álvarez.

La fuga de Puigdemont
El 8 de agosto, la aparición y desaparición de Carles Puigdemont en el paseo Lluís Companys de Barcelona coincidiendo con la investidura de Salvador Illa se llevaba por delante el crédito y la imagen de los Mossos d'Esquadra y del Ministerio del Interior. Todos los hechos apuntaban y apuntan a que el golpista se fugó con permiso de Pedro Sánchez.

El vergonzoso papel de España en Venezuela
Capítulo a parte merece el papel que el Gobierno de Pedro Sánchez jugó en el exilio bajo coacción del presidente electo de Venezuela, al que aún hoy España sigue sin reconocer como tal. Edmundo González Urrutia firmó los papeles en la residencia de nuestro embajador, bajo la atenta mirada de Delcy Rodríguez, amiga de Zapatero, al que llama “mi príncipe", y cuya huella se aprecia en un movimiento que ha servido a Nicolás Maduro para quitarse del medio al líder de la oposición. Meses después, Ramón Santos sería sustituido al frente de la Embajada por Álvaro Albacete, exjefe de Gabinete del ministro Urtasun, pero, sobre todo, un hombre de Zapatero.

Nuevos datos sobre el Delcygate
En octubre, empezaron a conocerse nuevos y relevantes datos sobre el llamado Delcygate. Tal y como publicó Libertad Digital, el propio Pedro Sánchez dio su visto bueno a una visita que jamás debía haberse producido a tenor de las sanciones vigentes. Además, se descrubiró que Aldama había planificado una agenda que incluía una cena “con todos los M", en referencia a todos los ministros. La trama había alquilado para ella una mansión de 400 m2, piscina, suites y todos los servicios.

El primer Fiscal General imputado
El 16 de octubre, Álvaro García Ortiz se convirtió en el primer Fiscal General del Estado imputado. Lejos de dimitir, anunció que seguiría en su puesto y llegó a justificar la filtración contra el novio de Ayuso apelando al supuesto papel del Ministerio Público en la lucha contra los bulos. A la espera de ser llamado a declarar, la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF) ha solicitado imputarle por otros dos nuevos delitos: prevaricación e infidelidad en la custodia de documentos públicos.

Ábalos, camino del Supremo
Un día después, Anticorrupción imputaba a Ábalos delitos de organización criminal, tráfico de influencias y cohecho en la trama Koldo y reclamaba al juez Moreno que elevase una exposición razonada ante el Supremo. “Resulta difícil entender la operativa desarrollada por Koldo García Izaguirre y Víctor de Aldama Delgado, sin la participación de José Luis Ábalos", defendía el Ministerio Público. En su comparecencia voluntaria ante el Alto Tribunal, el exministro, sin embargo, lo negaba todo. Finalmente, el Supremo terminaría solicitando al Congreso el suplicatorio, al apreciar indicios de integración en organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación.

El 1
En su exposición razonada al Alto Tribunal, el juez Ismael Moreno no solo apuntaba a la más que probable implicación de Ábalos, sino que dejaba claro que los miembros de la trama “cuando hacen referencia al Presidente del Gobierno, lo hacen siempre nombrándolo como el 1". Entre los ejemplos, varios relacionados con el rescate de Air Europa, lo que abriría la puerta a su posible imputación.

La huida de Paiporta
A la indignación ciudadana por la corrupción que acechaba y acecha a Pedro Sánchez, se sumó la pésima gestión de la DANA que asoló Valencia. “Si quieren más recursos, que los pidan", llegó a decir en rueda de prensa, dando a entender que si el Gobierno no hacía más era porque nadie se lo había pedido. En este contexto, el presidente del Gobierno fue recibido a gritos durante su visita a Paiporta. Mientras los Reyes se quedaron aguantando las críticas y tratando de calmar y consolar a las víctimas, Sánchez huyó dejándoles solos, alegando que habían destrozado su coche y que un palo le había alcanzado. Horas después, Moncloa culparía a los Reyes de lo sucedido.

Las bombas de Aldama
A finales de noviembre se produjo la esperada declaración de Víctor de Aldama ante el juez. En su primera comparecencia, aseguró que la foto con Pedro Sánchez no fue fortuita y que fue él el que pidió conocerle para darle las gracias por lo que estaba haciendo, desveló la existencia de “cupos regionales", confirmó un pago de 15.000 euros a Santos Cerdán y advirtió a Sánchez de que iba a aportar pruebas de todo. Poco después, entregaría las primeras: contratos de carreteras a cambio de mordidas o un piso en la Castellana para Ábalos. Además, aseguró al juez que gestionó el alquiler de un piso para que Ángel Víctor Torres mantuviera "encuentros de diversa naturaleza". En su última comparecencia, el pasado día 16, apuntó directamente a la financiación ilegal del PSOE, reconociendo hasta 4 millones de euros en comisiones.

Lobato implica a Moncloa en la filtración contra Ayuso
En medio de las novedades de la trama Koldo, el diario ABC destapó que, antes de que la prensa lo publicara, la jefa de prensa de Óscar López ya le había enviado a Juan Lobato el mail que el abogado de Ayuso había remitido a la Fiscalía. El propio líder de los socialistas madrileños ya era consciente entonces del delito al que podrían enfrentarse y prueba de ello es que, después de que la UCO incautase el móvil de Álvaro García Ortiz, Lobato decidió acudir al notario para que quedara constancia de los mensajes que había cruzado con Pilar Sánchez Acera, en los que se puede comprobar cómo él se preocupa por el origen de ese correo y se niega a utilizarlo hasta que no se publica en prensa. El escándalo terminó haciéndole dimitir, dejando el futuro del PSOE-M en manos de Óscar López.

Un Fiscal General borrando pruebas
El 19 de diciembre, el caso daría un nuevo vuelco, cuando, tras acceder a toda la información del móvil del Fiscal General, los investigadores descubrieron que Álvaro García Ortiz había borrado todos los mensajes de entre el 8 y el 14 de marzo, justo los días en los que se produjo la polémica filtración contra el novio de Ayuso. Algunos de los whatsApp fueron localizados en el móvil de la fiscal de Madrid, lo que terminaría por corroborar que no es que no hubiera mantenido conversación alguna en esas fechas, sino que habían sido borradas. A pesar de las evidencias, el presidente del Gobierno se atrevió a exigir disculpas a quienes habían dudado de él, alejando, por tanto, cualquier atisbo de cese o dimisión.

Auge y caída del secretario de Estado de Comunicación
A quien sí se ha llevado por delante el escándalo de la filtración ha sido a Ion Antolín, erigido en el último año en uno de los hombres de máxima confianza de Pedro Sánchez. No en vano, ha sido el responsable de acompañar a Begoña Gómez tanto en sus visitas a los Juzgados como a la comisión de investigación en el Senado. El presidente decidió ascenderlo de jefe de Comunicación del PSOE a secretario de Estado de Comunicación. Sin embargo, apenas tres semanas después, el 23 de diciembre, Antolín anunció su cese; una renuncia que llegaba casualmente cuatro días después de que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) señalase al propio Antonín en la filtración contra el novio de Ayuso.

La esperada declaración de Begoña y su polémica asesora
Antes de terminar el año, el 18 de diciembre, Begoña Gómez accedía a declarar por primera vez ante el juez Peinado. Sin embargo, optaba por responder únicamente a las preguntas de su abogado, encaminadas a descargar cualquier responsabilidad en la Universidad Complutense de Madrid. Dos días después, comparecía la directora de Programas de la Presidencia del Gobierno, convertida en una suerte de secretaria personal, no ya como mujer del presidente, sino también para sus negocios privados. “Soy amiga de ella y le hacía favores", se justificaba Cristina Álvarez, que hasta se encargaba de recaudar dinero para su cátedra mientras cobraba del erario público.

El año que le espera...
Con todo, el 2025 no se augura un año fácil para el presidente del Gobierno. A la espera de lo que suceda con su mujer o con el caso Koldo, en los próximos días tendrá que ver a su propio hermano declarar como imputado ante la juez Biedma. Además, él mismo ha sido citado el próximo 12 de enero para que se retracte de llamar “delincuente confeso" al novio de Ayuso, sin saber todavía qué pasará con su Fiscal General. ¿Será también 2025 el año de la imputación del presidente del Gobierno? A estas alturas, dicha posibilidad cada vez gana más enteros.
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