
La prefectura de Ibaraki es muy conocida en todo Japón como semillero de la actividad futbolística. En ella se encuentra la ciudad de Kashima, sede de uno de los mejores equipos de la Liga japonesa, el Kashima Antlers. Los hinchas de Ibaraki, grandes conocedores del fútbol, son célebres por su devoción. Su pasión quedará de manifiesto en los tres partidos de la Copa Mundial que se celebrarán en la prefectura.
Convenientemente situada, a tan sólo una hora del noreste de Tokio, Ibaraki tiene la mirada puesta en el futuro y ocupa los primeros puestos del país en materia de investigación científica y desarrollo. No obstante, paralelamente, esta región ofrece una gran variedad de montañas, lagos, lagunas y playas de arena, ideales para los habitantes de la ciudad deseosos de escapar del ajetreo de la vida urbana.
Durante la época feudal japonesa, Mito, la capital de Ibaraki, se convirtió en sede regional del clan dirigente Tokugawa y contó entre sus habitantes con una próspera comunidad de sabios, artistas y artesanos. Uno de los tres jardines más famosos de Japón, el jardín de Kairakuen, se creó aquí, en 1842. En la actualidad, Mito es, ante todo, una ciudad comercial, con unos 240.000 habitantes, y un importante centro industrial y manufacturero para el tejido empresarial japonés.
En Ibaraki siempre ha existido la artesanía tradicional, cuyas técnicas se han ido transmitiendo de generación en generación. Por ejemplo, la seda rústica o "tsumugi", procedente de la ciudad de Yuki, es el tejido de seda de calidad superior más antiguo de Japón y sus orígenes se remontan a la época Nara, hace más de 1.200 años. En la actualidad, todas las etapas del proceso de creación del "tsumugi" se siguen realizando a mano.
La textura del "tsumugi" de Yuki se parece a la del algodón, pero su brillo y su atractivo son los inimitables de la seda. El "tsumugi" se utiliza en la elaboración de una gran variedad de bonitos artículos, como kimonos, corbatas, carteras y monederos.